Por: Juan Carlos García Sierra • Colombia.com

Presidente chileno Gabriel Boric va perdiendo aceptación entre la ciudadanía de su país

El joven presidente de Chile, el progresista Gabriel Boric, inició su mandato con mucha aceptación, sin embargo, diferentes circunstancias y contradicciones han hecho que el fervor se vaya apaciguando y aparezca la incertidumbre.
 

Gabriel Boric, presidente progresista de Chile, fue elegido con solo 36 años. Foto: Youtube
Gabriel Boric, presidente progresista de Chile, fue elegido con solo 36 años. Foto: Youtube

El joven presidente de Chile, el progresista Gabriel Boric, inició su mandato con mucha aceptación, sin embargo, diferentes circunstancias y contradicciones han hecho que el fervor se vaya apaciguando y aparezca la incertidumbre.
 

Gabriel Boric Font, presidente progresista de Chile, arribó al poder en el país austral luego de una contienda electoral en la que obtuvo una impresionante victoria en las urnas gracias al descontento de la gestión realizada por el derechista Sebastián Piñera, quien por segunda vez ocupaba la jefatura del Estado.

Boric, quien comenzó como líder estudiantil y con 36 años se convirtió en presidente, generó una ola de optimismo, gracias a su discurso de unidad nacional y a una aceptación por su figura, llena de juventud y que se alejaba completamente del discurso tradicional.

Lo que comenzó con mucho optimismo en diciembre, hoy es un mar de incertidumbre en Chile, porque Gabriel Boric ha perdido popularidad entre los ciudadanos, sumado a que se han presentado grandes dificultades de orden público en el sur del país y los precios de los combustibles y los alimentos han aumentado, asuntos que han golpeado fuertemente a la que era conocida como la economía más estable de América Latina.

Boric prometió luchar por la desigualdad en Chile, un país con contrastes entre una población que cuenta con recursos, y otra olvidada y sin las mismas oportunidades. El mandatario había prometido terminar con el modelo de libre mercado que tanto éxito tuvo en su país, pero terminó por moderar el discurso por el temor que la propuesta genera en diferentes sectores del país, que con su llegada al poder han especulado con la posibilidad de que el país llegue a parecerse a Venezuela.

Las contradicciones comienzan a rondar la figura del presidente de izquierda del mayor productor de cobre en el mundo, un mineral protagonista en el elevado ascenso económico chileno que por más de 20 años ha sido ejemplo para la región; el mandatario había dicho que no enviaría militares a controlar la situación con los indígenas en el sur del país, quienes han atacado maquinaria, propiedades y vehículos, sin embargo, declaró el estado de emergencia.

Boric ha logrado aumentar el salario mínimo, pero su principal reto es lograr éxito en un referendo que busca una nueva Constitución que quiere remplazar la que se encuentra vigente y fue la que permitió las políticas neoliberales del exdictador Augusto Pinochet Ugarte.

Se teme con que el joven mandatario pretenda perpetuarse en el poder al realizar modificaciones a la carta magna, un miedo que aparece siempre que un gobierno ‘progresista’ obtiene la victoria en la región.

Con la llegada de Boric al poder en Chile, este país se ha convertido en una especie de termómetro que mide el ambiente de otras naciones progresistas de la nación, algo a lo que no escapa el mandatario electo de Colombia, Gustavo Petro, centrando la atención en cómo implementará sus políticas, aunque él mismo aseguró que serían distintas a las de otros países como Perú y el mismo Chile.