Protestas por supuesta violencia racial de la policía se trasladan a Bélgica

Bélgica es un próspero país de Europa que goza de un prestigio por ser una nación pujante, culta y con un buen nivel de vida, en las últimas décadas, ha sido como sus vecinos, la nación escogida por muchos inmigrantes africanos para establecerse huyendo de la pobreza y falta de oportunidades en sus países.

La raza negra en este país que habla francés, neerlandés y alemán, ya cuenta con una población significativa, basta ver su seleccionado de fútbol, una referencia nacional ante el mundo, para darse cuenta de que la integración racial no es casual, sino una realidad y uno de sus jugadores más emblemáticos y famosos, Romelo Lukaku es hijo de inmigrantes congoleños establecidos en la ciudad de Amberes, uno de los conglomerados urbanos más importantes del Reino de Bélgica, una monarquía federal parlamentaria.

Bélgica infortunadamente parece no escapar de la violencia racial que durante la pandemia parece haberse extendido por el mundo, porque no solo los Estados Unidos muestran al orbe la difícil situación que viven los ciudadanos de raza negra en su territorio, ahora este territorio de casi 12 millones de habitantes vive momentos de extrema tensión.

El pasado 9 de enero un hombre de raza negra y de 23 años murió mientras se encontraba detenido en una estación de policía, su familia fue notificada 6 horas después de su deceso y al conocerse la noticia, centenares de manifestantes salieron a las calles de la capital, Bruselas, con carteles con la expresión “Black Live Matters”.

Los manifestantes exigieron a las autoridades explicaciones sobre la muerte del joven y al no encontrar respuestas el ánimo llegó a sus más altos niveles, entonces la furia de la protesta estalló y una estación de la policía fue incendiada, entonces la violencia se encendió.

La fuerza antidisturbios de la policía y tuvo que intervenir usando chorros de agua e impidiendo el paso de los miembros de la protesta, pero la situación alcanzó su punto máximo cuando el vehículo real del monarca Philippe salió del Palacio Real y varios manifestantes le lanzaron piedras por lo que las fuerzas de seguridad se abalanzaron sobre el grupo intentando sofocarlo.

El conductor del vehículo logró poner a salvo a sus ocupantes escapando del lugar, pero la furia de la gente continuó, aunque luego de unas horas logró ser sofocada.

Bélgica tuvo un pasado racista, especialmente como nación colonizadora de otras en África, especialmente en El Congo, allí se da cuenta de una sistemática eliminación de sus habitantes, se dice que el reino belga masacró a más de 10 millones de congoleños mientras usurpaba su territorio.

En pasados meses varias iniciativas ciudadanas pidieron que las estatuas del Rey Leopoldo fueran retiradas por considerar a este monarca como el culpable del exterminio congolés, pero algunos miembros de grupos antirracistas las tumbaron durante manifestaciones contra el racismo en junio pasado.

Hoy la mayoría de belgas considera ese antiguo periodo colonial como una absoluta vergüenza, esa que hoy vuelven a sentir con los hechos en los que murió el hombre de 23 años y de los que esperan una respuesta por parte de las autoridades.