Uber es un servicio de transporte, no una aplicación

El Tribunal de Justicia de la Unión Europea señaló que los países europeos pueden regular las condiciones de prestación del servicio, como en el caso de Barcelona, donde los taxistas deben disponer de licencias.

Foto: Pixabay
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El Tribunal de Justicia de la Unión Europea señaló que los países europeos pueden regular las condiciones de prestación del servicio, como en el caso de Barcelona, donde los taxistas deben disponer de licencias.

El servicio de puesta en contacto con conductores no profesionales prestado por Uber pertenece al "ámbito de los transportes", por lo que los países europeos pueden imponerles las mismas exigencias que a los taxistas, indicó este miércoles el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE).

Con este fallo que sienta jurisprudencia en la UE, el alto tribunal responde a las dudas planteadas por un tribunal de Barcelona (noreste de España) sobre la naturaleza de esta plataforma electrónica, demandada por la asociación profesional de taxistas Élite Taxi en 2014 por competencia desleal.

La clave del fallo era determinar la naturaleza de este tipo de plataformas, que ofrecen precios más bajos por el mismo servicio y están en el punto de mira de taxistas de todo el planeta desde España a Brasil, pasando por El Salvador.

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La justicia europea considera que Uber "no se limita a un servicio de intermediación", de poner en contacto mediante de una aplicación para teléfonos inteligentes, a cambio de una remuneración, a clientes con conductores no profesionales que utilizan sus vehículos para un desplazamiento urbano.

Uber crea "una oferta de servicios de transporte urbano" y su aplicación es "indispensable" tanto para los conductores, sobre quienes ejerce también una "influencia decisiva" sobre las condiciones de prestación del servicio, como para los clientes, precisó el TJUE en un comunicado.

Este servicio, cuyo "elemento principal es un servicio de transporte", responde así en virtud del marco legal europeo al "ámbito de los transportes" y no al "de la sociedad de la información", como pretendía demostrar la empresa estadounidense.

Al ser un servicio de transporte, las diferentes administraciones de los países europeos pueden regular las condiciones de prestación del servicio, como en el caso de Barcelona, donde los taxistas deben disponer de licencias y autorizaciones para poder operar.

Aunque el alcance del fallo del alto tribunal es europeo, este jarro de agua fría para Uber será seguido a nivel mundial, mientras que la plataforma, que opera en más de 600 ciudades, enfrenta resistencias en la mayoría de ellas.

AFP