Por: Juan Carlos García Sierra • Colombia.com

Un vendedor de limonada fue reelegido en la Presidencia de Turquía por 5 años más

Recep Nayyip Erdogan fue reelegido como presidente de Turquía y goza de favor popular por su origen humilde que lo llevó a vender limonada y panes cuando era un adolescente.

Recep Nayyip Erdogan ha ostentado el poder en Turquía por 20 años. Foto: Youtube
Recep Nayyip Erdogan ha ostentado el poder en Turquía por 20 años. Foto: Youtube

Recep Nayyip Erdogan fue reelegido como presidente de Turquía y goza de favor popular por su origen humilde que lo llevó a vender limonada y panes cuando era un adolescente.

Una de las naciones emergentes a las que muchos insertan entre las potencias, aunque durante siglos fue una gran potencia militar, es Turquía, que el domingo reeligió a Recep Yayyip Erdogan como presidente de la República que penetra en dos continentes, Europa y Asia.

Erdogan es el hombre fuerte de Turquía y durante 20 años ha regido los destinos de esta nación de casi 86 millones de habitantes y ubicada en una zona en la que los enfrentamientos territoriales entre vecinos son una constante desde largo tiempo.

Recep Yayyip Erdogan de 69 años obtuvo la mayoría de los votos de los ciudadanos turcos, pero el margen de victoria fue apenas superior a la mitad más uno sobre su competidor, el opositor Kemal Klicdaroglu, quien denunció irregularidades en los comicios y acusó a su contrincante de utilizar todo el aparato estatal en beneficio de sus intereses.

El reelecto presidente Erdogan goza de buena imagen en gran parte de la población y es considerado como uno de los mandatarios con más impronta en la política contemporánea de la nación, ser practicante de la religión musulmana lo ha ayudado a mantener buen concepto en una nación en donde el Islam es seguido por la mayoría de su población.

Origen humilde

Erdogan proviene de un barrio humilde de Estambul y junto con sus padres salieron de una zona del mar Negro para instalarse en la capital del país, el reelecto mandatario tuvo que vender limonada cuando era pequeño para poder aportar algo de dinero a su familia y también simis, unos panes tradicionales de la cultura otomana.

El hombre fuerte de Turquía es administrador de empresas y su afición al fútbol, deporte por el que gran parte de la nación profesa una pasión desbordada, hizo que integrara equipos semiprofesionales hasta final de la década de los años ochenta de la década pasada.

Turquía gana protagonismo en la región como nación que ejerce junto con Rusia una supervisión a la zona del Nagorno-Karabaj en disputa entre Armenia y Azerbaiyán, pero sus adversarios políticos le achacan responsabilidad en la poca y tardía respuesta frente a la situación que generó el terremoto del mes de febrero.

A Erdogan le deben que la creciente población de clase media haya podido lograr mejoras en sus condiciones de vida gracias a los diferentes programas de infraestructura que ha trazado para la nación y entre sus planes para fortalecer el sentimiento turco se encuentra están el de dar mayor campo a la fe musulmana, aunque conservando un sentido que la mantenga abierta y en contacto con occidente.