Por: Redacción Actualidad • Colombia.com

Yugoslavia: 30 años de una guerra que marcó a sus pueblos para siempre

Una guerra a la que muchos prefirieron ignorar es el resultado, hoy, 30 años después, de odios y diferencias difíciles de olvidar porque están marcadas con sangre y mucho dolor.

La OTAN, liderada por Estados Unidos bombardeó Yugoslavia sin autorización de la ONU en 1999. Foto: Twitter @MilijanaM
La OTAN, liderada por Estados Unidos bombardeó Yugoslavia sin autorización de la ONU en 1999. Foto: Twitter @MilijanaM

Una guerra a la que muchos prefirieron ignorar es el resultado, hoy, 30 años después, de odios y diferencias difíciles de olvidar porque están marcadas con sangre y mucho dolor.

Los territorios de los Balcanes, históricamente han sido naciones difíciles de unir en torno a una República madre, sin embargo varios de sus pueblos estuvieron cerca de 45 años asociados en lo que se denominó como Yugoslavia, una gran nación socialista con varias etnias y religiones en su interior.

La República Democrática Federal de Yugoslavia fue proclamada en 1945 y un año más tarde adoptó un modelo socialista, y su gran arquitecto, el mariscal Josip Broz (el apellido de su padre era Brozovic), conocido como “Tito”, tomó las riendas del país desde 1953, para 10 años después ser proclamado presidente vitalicio, ambigüedad de dictadura.

En 1963 el país adoptó el nombre de República Federativa Socialista de Yugoslavia (RFSY), su nombre más longevo y conocido.

A pesar de ser una República Socialista fue la única con curso independiente de la Unión Soviética, Tito rompió relaciones con Moscú y rechazó sus intervenciones en otros países, además fue uno de los impulsores del movimiento de los Países no Alineados.

Yugoslavia estaba compuesta por las Repúblicas de Bosnia (musulmanes), Croacia (católicos), Eslovenia, Macedonia, Montenegro y Serbia (ortodoxos), naciones con marcado acento étnico, religioso y también de centenaria autodeterminación.

La disolución

En junio de 1991 Eslovenia y Croacia declararon su independencia de Yugoslavia, a las que se sumarían Bosnia y Macedonia, pero la fuerte tensión entre las diferentes repúblicas originó un prolongado evento bélico conocido como la Guerra de Yugoslavia, un conflicto sangriento que se extendió por varios años y que tuvo como agravante la aniquilación étnica.

Lo que quedaba de la antigua Yugoslavia eran la unión federativa establecida entre Serbia y Montenegro, que mantuvieron el nombre de Yugoslavia, pero abandonaron el sistema socialista, y Serbia, la nación más grande y beligerante, decidió proteger a su enorme población en Croacia y envió su ejército allí, luego siguió con el arrasamiento de la población albanesa, musulmana y la de origen turco en Bosnia, situación que enfrentó a su ejército, más organizado, contra grupos de guerrillas de corte étnico y milicias que apenas resistían.

La OTAN se involucró en el conflicto debido a las actuaciones serbias y por la aparición de la Guerrilla de Kosovo, un espacio de Serbia de origen albanés que la misma Serbia bombardeó, respondiendo estos con permanentes ataques. Actualmente Kosovo es un estado soberano reconocido por 90 de los 193 estados pertenecientes a la ONU, pero muchos países lo miran con recelo por su accionar delincuencial y estar ligada a grupos terroristas internacionales.

La Guerra de Yugoslavia fue un asunto, tanto complejo como sangriento, y aunque muchos no hayan logrado entender su origen y desarrollo, solo lamentan que haya convertido los Balcanes en un territorio bañado de sangre inocente de personas de todas las edades y condiciones cuyo crimen fue su nacionalidad y su religión.