Carne de cerdo a cambio de votos promete aspirante a JAL en el departamento de Antioquia

Cada elección en Colombia es la oportunidad para que los votos sean cambiados por comida, porque no siempre son los tamales el cambalache democrático que abre todos los gustos, cualquier vianda o avituallamiento sirve también para entregar el voto por algún candidato.

En un caso que no solo causa indignación, sino que inaugura la lista de despropósitos electorales, un candidato a una Junta Administradora Local, JAL, ofreció carne de cerdo a los asistentes a un evento en San Antonio del Prado, así lo informó Blu Radio.

Quien ofreció la carne a las personas fue un pastor de la zona que busca ser elegido dentro de la corporación pública cobijado políticamente en el partido Alianza Social Independiente ASI, pero su actitud puso al descubierto que en elecciones para cargos menores también se intercambian votos por comida.

Lo curioso del asunto es que el aspirante manifestó que su agrupación política desea acabar con la corrupción política reinante en el departamento y en general en todo el país y que su ofrecimiento no tiene que ver con prácticas asociadas a ella.

El pastor en cuestión es Jowani Álvarez, un líder religioso muy popular en la región que ofreció entregar “dos libritas” de carne a cada uno de los asistentes al evento político, pero aclaró que esto no representa ninguna forma de los políticos tradicionales de hacer política.

“Le vamos a dar dos libritas de carne a cada uno. Las donaciones no son políticas. No vamos a aceptar más corruptos en San Antonio del Prado”, indicó el pastor Álvarez.

Luego de prometer la vianda porcina, el aspirante a la Junta Administradora Local de San Antonio del Prado, ubicado a 20 minutos del centro del municipio de Itagüí, dijo a los asistentes que invitaran a sus familiares para que entregaran su voto y así sumar más sufragios necesarios para la elección.

“Vamos a comprometernos con el primo, con el hijo, con el sobrino, con el cuñado, con la mamá, con el papá, con el vecino. Vamos a comprometernos a llevar el 29 de octubre el voto”, puntualizó el pastor.

En épocas en las que no existía la prohibición para consumir alcohol en días de elecciones era común que los políticos entregaran cerveza y aguardiente a los electores, pero la ley seca que rige evita estas prácticas y también enfrentamientos violentos entre partidarios de candidatos que se enfrentaban en las metas de votación, calles y plazas inducidos por el licor.

Entregar dádivas y dinero en efectivo también es algo común, en especial en zonas deprimidas en las que un plato de comida por un voto resulta un gran negocio para los políticos.