Colombia se une a un tratado para dejar de depender de los combustibles fósiles en medio de la COP28

En la mañana de este sábado 2 de diciembre, el presidente Gustavo Petro anunció que Colombia se sumó al “Tratado de no proliferación de combustibles fósiles”, que busca dejar atrás la dependencia a este tipo de combustibles. 

La noticia se da en medio del desarrollo de la 28ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático - COP28, que busca abordar las principales problemáticas en torno a esta temática a nivel global.

Durante una de sus intervenciones, el mandatario colombiano presentó un nuevo “portafolio de inversiones” para lograr la acción climática y la transición energética justa en el país. Petro invitó a los países desarrollados e inversionistas a analizar las propuestas que tiene el país para dejar atrás la dependencia de los combustibles fósiles. Además, les solicitó apoyar una “economía de la biodiversidad”.

Lo anterior, debido a que entre el 50 y el 60% de la balanza del país depende del petróleo y el carbón y la transición energética es muy costosa. “Esto es una vulnerabilidad económica. Es una contradicción que debemos resolver. Y lo que nosotros encontramos en el corto plazo es la belleza de Colombia. Su diversidad natural”, dijo en su intervención. 

Esta noticia marca un hito, pues Colombia se convirtió en el primer país de Latinoamérica en unirse al bloque de naciones que quieren hacer frente a la principal causa de la crisis climática.

Según lo explicado por Alex Rafalowicz, director de la iniciativa del Tratado de no proliferación de combustibles fósiles, a El Espectador, “La idea es hacer un proceso, complementario a la COP28 y al Acuerdo de París, en donde los países que quieran unirse tengan otras alternativas y caminos a la extracción”, dado que el petróleo, el carbón y el gas emiten más del 86 % de los gases de efecto invernadero al medioambiente.

Por su parte, el ministro de Minas y Energía, Andrés Camacho, dijo al mismo medio que “estamos en una ruta de transición energética y el corazón de la transformación tiene que ver con esto. Nuestro propósito es no seguir aumentando la frontera extractiva. Es un llamado al mundo para que diseñemos una ruta para la no proliferación, y nuestro Gobierno, en su conjunto, está jugado en este tema”.