El ´manazo´ de Rodolfo Hernández a un concejal bumangués que dejó ver su lado explosivo

La reciente discusión, con palabras de grueso calibre de por medio, entre el alcalde de la ciudad de Medellín, Daniel Quintero Calle, y el candidato al Concejo de la misma ciudad, Sebastián López, reviven la situación de beligerancia que se traslada a los protagonistas políticos de Colombia, quienes deberían ser ejemplo de buen comportamiento, pero a los que también ´se las sale la piedra’ y terminan protagonizando bochornosos actos que solo producen repudio y sorna entre la población.

El zafarrancho que armaron Daniel Quintero y Sebastián López hace recordar un episodio en el que la discusión entre miembros de un gobierno local llegó a un punto tan acalorado que terminó en golpes, y el protagonista principal fue el exalcalde de Bucaramanga, excandidato presidencial y exsenador de la República, Rodolfo Hernández, famoso por su carácter fuerte y beligerante.

Durante un encuentro que tuvieron el entonces alcalde de Bucaramanga, capital del departamento de Santander y el concejal John Claro en la sede de la Alcaldía de la ciudad para hablar sobre el proceso de moción de censura que se adelantaba en contra de la primera autoridad de la ´Ciudad Bonita´ por la Secretaría de Hacienda, se inició una discusión entre los dos funcionarios que alcanzó elevados índices de animosidad.

Un reproche que le ´sacó la piedra´ a Hernández

Entre acusaciones de un lado y otro, el asunto se salió de control luego de que Claro, miembro del partido ASI, reprochó al mandatario su relación con un cuestionado líder político del departamento de Santander y se refirió a las explicaciones de Hernández sobre el asunto como un “discurso excremental”.

Las palabras de John Claro no causaron gracia en Rodolfo Hernández que, montado en cólera, le propinó un manotazo al concejal y tuvo que ser separado por otras personas presentes en la oficina para evitar que el alcalde se fuera encima del cabildante.

Hernández argumentó que Claro le había pedido una cita para reunirse con él acompañado de un camarógrafo para captar el momento, pero desde el inicio del encuentro las permanentes acusaciones del concejal sacaron de sus casillas al alcalde y reaccionó propinándole un golpe.

El caso fue la comidilla de los medios durante buen tiempo y mostraba el carácter fuerte y volátil de Rodolfo Hernández, algo que varias personas cercanas al burgomaestre consideraron como parte importante de su personalidad.

Fue tal el agite que produjo la situación que el alcalde Rodolfo Hernández tuvo que recibir atención y ser llevado a una clínica para chequear su estado cardiaco, notoriamente afectado por la discusión, mientras que el concejal Claro tan solo sintió el golpe recibido sin mayores afectaciones físicas.

Rodolfo Hernández prometió no volver a actuar de esa manera y reconoció que al ser ´sanguíneo´, provocaciones de esa índole le ´sacaban la piedra´.