Con política pública, Bogotá restringirá la circulación de carros particulares y motos a gasolina a partir del 2035

Una polémica decisión ha tomado en fechas recientes la Alcaldesa Claudia López, pues a partir del 2035 los carros particulares y motocicletas a gasolina tendrán restricciones para circular por la capital del país. 

La medida se implementaría como parte de la política pública de movilidad motorizada de cero y bajas emociones, expedida por el Consejo Distrital de Política Económica y Social del Distrito Capital (Conpes D. C.).

Esta hoja de ruta tiene como finalidad hacer una transición a medios de transporte que no sean de combustión, por lo tanto se buscará la restricción de la circulación de carros y motos a gasolina en Bogotá.

Con la expedición de este Conpes, no se permitirá en los próximos años el registro de vehículos de combustión en la capital, así lo indicó Óscar Julián Gómez, subsecretario de la política de movilidad de Bogotá.

“Lo que queremos es que además de nuestros grandes proyectos como las líneas del Metro, Regiotrams y los cables, todas las demás alternativas de movilidad sean cada vez más amigables con el medioambiente”, explicó el funcionario. 

Esta normativa se pondrá en marcha en dos fases: la primera consistirá en la restricción del registro de nuevos vehículos y la segunda tiene que ver con restricciones de circulación. 

Por otra parte, Gómez aclaró que este Conpes no pone restricciones a la comercialización de carros a combustión y los concesionarios podrán seguirlos vendiendo; sin embargo, estos vehículos deberán ser registrados en otras partes del país. 

En ese sentido, desde el 2032 es la capital del país sólo se podrán registrar motocicletas de cero emisiones y vehículos de cero y bajas emisiones. Para 2035 comenzarán las restricciones de movilidad para los vehículos que no cumplan con las características establecidas.

Para Oliverio García, presidente de la Asociación Nacional de Movilidad Sostenible (Andemos), esta medida enfrenta grandes desafíos, ya que en otras ciudades del país no se están tomando las mismas medidas y Bogotá podría convertirse en una especie de isla por la cual no podrían transitar los demás vehículos. 

“Los plazos que se manejan, en la mayoría de los casos, son razonables; sin embargo, si la gente decide matricular en otra ciudad que no sea Bogotá, ¿qué va a pasar?, con esto quizás se están pegando un tiro en el pie porque si la medida no tiene un marco nacional, puede no resultar muy bien”, indicó García.