Esposa de Javier Velilla, desaparecido en La Calera: “no pierdo la esperanza de encontrarlo”

Javier Velilla, el guardia motorizado que laboraba en el conjunto de La Calera conocido como Arboretto, permanece desaparecido tras dos semanas de que las fuertes lluvias en el sector generaran una avalancha que cobró la vida de, al menos, tres personas.

Al respecto, la esposa del vigilante, Luz Ángela Ríos Camacho, manifestó que aún no pierde la esperanza de que su pareja sea hallada con vida teniendo en cuenta que ambos comparten la custodia de cuatro hijos identificados como Johan, Dilan, Keiner y Valeria.

El hombre fue arrastrado por una torrencial corriente de agua que se produjo en el municipio después de que las seis pequeñas quebradas de la montaña se desbordaran por cuenta de la ola invernal que vive el país.

Desde entonces, los organismos de socorro de Bogotá adelantan labores para encontrar a Velilla. No obstante, la búsqueda y rescate de las víctimas del hecho se dio por terminada el pasado domingo 20 de noviembre, ya que la normativa era de siete días.

Pese a esto, la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, manifestó su solidaridad a la señora Ángela y a toda la familia del vigilante y aclaró que “los bomberos van a seguir en el área con ellos haciendo labores de adaptación que a su vez sirven de búsqueda”.

“El tiempo normativo terminó ayer (domingo) y por lo tanto ellos pueden acudir a otro tipo de mecanismos jurídicos también. Esa información se la hemos asesorado y estamos acompañando”, explicó la mandataria.

Ante estas declaraciones y tras dos semanas de la tragedia, Luz Ángela afirmó que no pierde la esperanza de que su esposo sea hallado con vida en las próximas horas y que pueda volver a casa con su familia.

“Para mí, él está ahí, vivo. Él y yo tenemos muchos planes”, expresó Ríos Camacho en una entrevista con el diario El Tiempo e indicó que se ha mantenido fuerte por sus hijos, quienes se han visto devastados ante la posible muerte de Javier Velilla.

“Mis hijos están muy afectados. Todo esto se pudo evitar. Sé de mujeres líderes del barrio que habían visitado la Corporación Autónoma Regional (CAR), que había hablado de la caída de árboles y desbordamiento de quebradas, pero ellos siempre le tiraban la bola a la Alcaldía. Así no era. Siempre se lavaron las manos”, concluyó.