25 años después de la tragedia del Pozzetto
Hace 25 años, el 4 de diciembre de 1986, un hombre enloquecido sembró el
terror dentro de un exclusivo restaurante de Bogotá.
Hace 25 años, el 4 de diciembre de 1986, un hombre enloquecido sembró el
terror dentro de un exclusivo restaurante de Bogotá.
Campo Elías
Delgado, excombatiente de Vietnam, mató a 29 personas y luego se
suicidó. Entre las víctimas estaba su propia madre, a quien asesinó de un balazo en la cabeza y luego la incineró.
El escenario principal de esta matanza, que llenó de luto a muchas familias -incluida la del entonces destacado periodista judicial Jairo Gómez- fue Pozzetto, un exclusivo restaurante de comida italiana, ubicado sobre la carrera séptima con calle 62 de la capital colombiana.
Nos encontrábamos cuatro amigos departiendo. De repente, un hombre que cenaba solo se levanto de su mesa, fue al baño, regresó, volvió y se sentó y de repente sacó un arma y comenzó a disparar contra la gente, narró un sobreviviente cuyo testimonio se encuentra en los archivos periodístico de Caracol Radio.
Agregó que como pudo se lanzó al piso y se arrastró hasta una escalera, subió al segundo piso y se encerró en un baño. Desde allí oyó una balacera terrible. Cuando la policía lo sacó del baño, observó “muchos cuerpos tirados en el piso, totalmente inmóviles”.
Esa escena de terror y muerte que describe el sobreviviente, en realidad comenzó en otro lugar, en un apartamento del barrio La Alhambra, del norte de Bogotá, donde Campo Elías, un hombre culto que sabía varios idiomas, mató a una niña a quien le daba clases de inglés y luego a la madre de la menor.
Mario Mendoza, un escritor que conoció a Campo Elías, escribió su historia en el libro “Satanás”. En entrevista con Caracol Radio recordó que luego de ese doble crimen, el asesino fue a buscarlo a la Universidad Javeriana, donde los dos estudiaban. Allí no me encontró y furioso salió hacia su apartamento, en la carrera séptima con calle 52, donde acabó con la vida de su madre, relató Mendoza.
En su investigación, el escritor concluyó que Campo Elías odiaba a su madre, tal vez por la muerte de su padre, quien años antes se había suicidado en Bucaramanga. Todo parece indicar que el padre de Campo Elías tomó esa fatal decisión por un asunto de infidelidad de su mujer.
Dentro del apartamento, Campo Elías tomó el cadáver de su madre, lo colocó sobre una mesa y lo incineró, siguiendo “algún rito de purificación” que había visto en sus dos viajes a Vietnam.
Llegó el ángel de la muerte
Esa despedida era la señal de un destino lleno de sangre. Campo Elías salió de la casa de la amiga, siempre portando un maletín, caminó varias cuadras y llegó a Pozzetto, donde comió tranquilamente, tomó un par de copas, fue al baño, volvió, y de repente, inició la terrible masacre.
Inicialmente disparó contra los cuatro integrantes de una familia que estaba en una mesa aledaña a la suya y los mató. Con pasmosa frialdad, recorrió buena parte del restaurante y siguió acabando con la vida de inocentes.
Su delirio de muerte no paraba y, según Alfonso, un mesero sobreviviente a esa matanza, Campo Elías estaba preparado para matar a todos.
Él portaba un maletín del que sacó el arma, cuando la descargaba sobre las personas que estábamos dentro del restaurante, sacaba del maletín más municiones y con mucha destreza las colocaba en el arma y seguía disparando, relató en aquella época, Alfonso momentos después de la masacre, según los archivos históricos.
El terror fue enorme. Muy pocos se salvaron, relató este mesero, quien dijo que cuando comenzó la balacera, con otros compañeros se refugió bajo las mesas.
Y es que los meseros no podían creer lo que estaban viendo; Campo Elías era un cliente habitual, de buenos modales, que nunca mostró su inclinación de asesino. Alfonso relata que en medio de esa orgía de sangre, había cadáveres por todos lados.
Esta tragedia sólo la pudo frenar la Policía, que tras largos minutos de zozobra entre los sobrevivientes, pudo llegar al lugar. Aún hay polémica sobre si Campo Elías se suicidó, o fue abatido por la Policía.
El periodista Guillermo Franco Fonseca, quien entonces era redactor judicial de Caracol Radio, relató a los oyentes que el cadáver del asesino quedó en una esquina del primer piso del restaurante.
Al final fueron 30 muertos: Primero la adolescente y la madre de ésta, en el barrio la Alhambra; luego su propia madre, dentro del apartamento donde residían; enseguida seis vecinas, en las puertas de varios apartamentos aledaños y dentro del restaurante “el ángel de la muerte” mató a 20 comensales. En el piso de Pozzetto quedaron 21 cadáveres, incluido el del criminal.
Por Luis Enrique Rodríguez
El escenario principal de esta matanza, que llenó de luto a muchas familias -incluida la del entonces destacado periodista judicial Jairo Gómez- fue Pozzetto, un exclusivo restaurante de comida italiana, ubicado sobre la carrera séptima con calle 62 de la capital colombiana.
Nos encontrábamos cuatro amigos departiendo. De repente, un hombre que cenaba solo se levanto de su mesa, fue al baño, regresó, volvió y se sentó y de repente sacó un arma y comenzó a disparar contra la gente, narró un sobreviviente cuyo testimonio se encuentra en los archivos periodístico de Caracol Radio.
Agregó que como pudo se lanzó al piso y se arrastró hasta una escalera, subió al segundo piso y se encerró en un baño. Desde allí oyó una balacera terrible. Cuando la policía lo sacó del baño, observó “muchos cuerpos tirados en el piso, totalmente inmóviles”.
Esa escena de terror y muerte que describe el sobreviviente, en realidad comenzó en otro lugar, en un apartamento del barrio La Alhambra, del norte de Bogotá, donde Campo Elías, un hombre culto que sabía varios idiomas, mató a una niña a quien le daba clases de inglés y luego a la madre de la menor.
Mario Mendoza, un escritor que conoció a Campo Elías, escribió su historia en el libro “Satanás”. En entrevista con Caracol Radio recordó que luego de ese doble crimen, el asesino fue a buscarlo a la Universidad Javeriana, donde los dos estudiaban. Allí no me encontró y furioso salió hacia su apartamento, en la carrera séptima con calle 52, donde acabó con la vida de su madre, relató Mendoza.
En su investigación, el escritor concluyó que Campo Elías odiaba a su madre, tal vez por la muerte de su padre, quien años antes se había suicidado en Bucaramanga. Todo parece indicar que el padre de Campo Elías tomó esa fatal decisión por un asunto de infidelidad de su mujer.
Dentro del apartamento, Campo Elías tomó el cadáver de su madre, lo colocó sobre una mesa y lo incineró, siguiendo “algún rito de purificación” que había visto en sus dos viajes a Vietnam.
Llegó el ángel de la muerte
Esa despedida era la señal de un destino lleno de sangre. Campo Elías salió de la casa de la amiga, siempre portando un maletín, caminó varias cuadras y llegó a Pozzetto, donde comió tranquilamente, tomó un par de copas, fue al baño, volvió, y de repente, inició la terrible masacre.
Inicialmente disparó contra los cuatro integrantes de una familia que estaba en una mesa aledaña a la suya y los mató. Con pasmosa frialdad, recorrió buena parte del restaurante y siguió acabando con la vida de inocentes.
Su delirio de muerte no paraba y, según Alfonso, un mesero sobreviviente a esa matanza, Campo Elías estaba preparado para matar a todos.
Él portaba un maletín del que sacó el arma, cuando la descargaba sobre las personas que estábamos dentro del restaurante, sacaba del maletín más municiones y con mucha destreza las colocaba en el arma y seguía disparando, relató en aquella época, Alfonso momentos después de la masacre, según los archivos históricos.
El terror fue enorme. Muy pocos se salvaron, relató este mesero, quien dijo que cuando comenzó la balacera, con otros compañeros se refugió bajo las mesas.
Y es que los meseros no podían creer lo que estaban viendo; Campo Elías era un cliente habitual, de buenos modales, que nunca mostró su inclinación de asesino. Alfonso relata que en medio de esa orgía de sangre, había cadáveres por todos lados.
Esta tragedia sólo la pudo frenar la Policía, que tras largos minutos de zozobra entre los sobrevivientes, pudo llegar al lugar. Aún hay polémica sobre si Campo Elías se suicidó, o fue abatido por la Policía.
El periodista Guillermo Franco Fonseca, quien entonces era redactor judicial de Caracol Radio, relató a los oyentes que el cadáver del asesino quedó en una esquina del primer piso del restaurante.
Al final fueron 30 muertos: Primero la adolescente y la madre de ésta, en el barrio la Alhambra; luego su propia madre, dentro del apartamento donde residían; enseguida seis vecinas, en las puertas de varios apartamentos aledaños y dentro del restaurante “el ángel de la muerte” mató a 20 comensales. En el piso de Pozzetto quedaron 21 cadáveres, incluido el del criminal.
Por Luis Enrique Rodríguez
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