La exigente película que dejó al actor Russell Crowe con las dos piernas rotas

El actor neozelandés, pero que se considera australiano, Russell Crowe, alcanzó la fama universal con la película Gladiador, dirigida por Ridley Scott, la que le valió un premio a mejor película y también a mejor actor en el primer año del nuevo siglo.

Crowe, hoy de 59 años, ya no es la superestrella de antes, pero goza de recordación y de seguidores, a pesar de que haya sido considerado durante años como un actor insoportable y también de un carácter que solía estallar con violencia.

En plena juventud, Russell Crowe se dio el lujo de poner a prueba sus habilidades y realizar escenas que demandaban esfuerzo y estado físico en los épicos combates en las arenas del Coliseo Romano, aunque no era de hierro, también necesitaba de uno que otro doble, pero en general, al australiano le gustaba realizar las escenas de riesgos.

No fue Gladiador

Crowe aseguró que su papel más exigente no fue Gladiador, el dueño de un equipo de la liga de Rugby en Australia, afirmó a la revista People que otra película, también dirigida por Ridley Scott, resultó ser la más exigente, no necesariamente por su dificultad dramática, sino porque debía esforzarse físicamente y contenía escenas que podrían poner en riesgo su integridad.

En Robin Hood, otra entrega de las aventuras del popular héroe del bosque de Sherwood, un Crowe, para entonces de 45 años, se atrevió a realizar escenas de riesgo, y en una de ellas debería saltar desde la parte alta de un castillo a un terreno irregular y fue allí cuando se rompió las dos piernas.

Russell Crowe afirmó que no prepararon el terreno ni enterraron almohadillas por cuestiones de tiempo, no contaban con buena iluminación por cuestiones propias de la escena, y cuando saltp sabía que al caer sentiría dolor, y sumado esto, confesó que sintió un corrientazo por todo su cuerpo, pero continuó trabajando durante los días restantes del rodaje.

“Aparentemente, acabé el rodaje con las dos piernas rotas. Todo por el arte. Sin yeso, sin férulas, sin analgésicos, solo seguí yendo a trabajar, y con el tiempo, se curaron solas… Entre el tiempo libre y el entrenamiento para ´El hombre de acero´ las cosas se arreglaron solas", afirmó Crowe.

Con el paso del tiempo el actor solía sufrir de dolores en las piernas y cuando visitó al médico este le tomó una radiografía y encontró que había rastros en sus piernas de fracturas añejas sin tratar.