Juan Pablo Montoya: ¿Qué es de la vida de esta leyenda del automovilismo?
Ganó las 500 millas de Indianápolis y el gran premio de Mónaco. En el 2018 corrió en Le Mans
Ganó las 500 millas de Indianápolis y el gran premio de Mónaco. En el 2018 corrió en Le Mans
Es difícil olvidar la forma en que empezaban los domingos, allá en los primeros años del siglo XXI. Se encendía el televisor y, en uno de los canales de deportes se veía una figura no tan alta que vestía un traje blanco en su mayoría, haciendo publicidad de una de las grandes marcas de electrónica del momento. Subía a un monoplaza, también blanco, en el que resaltaba la misma marca de electrónica.
Más aún difícil de olvidar, es la mañana del primero de junio de 2003: ese mismo personaje, bajo de estatura pero grandísimo frente al volante, subió a su vehículo, el FW25. Un monoplaza con motor BMW, con 10 cilindros dispuestos en dos filas de cinco, dando la forma de una “V”. El hombre salió a la pista y, tras 78 increíbles vueltas, en un tiempo total de una hora, 42 minutos y 19 segundos, llegaba a la meta en primer lugar: Juan Pablo Montoya Roldán, un bogotano de 28 años y 1,68m de altura, había dejado atrás nombres como el de Michael Schumacher, y Kimi Räikönen.
En Colombia todo fue felicidad: En octubre era tal la sensación, que muchos niños salían a pedir dulces con aquel característico uniforme, vestido por el piloto colombiano, en las hazañas conseguidas a bordo de su automotor. Al contrario de lo que muchos piensan, a Montoya no le fue mal en la Fórmula uno. No. Le fue tan bien, que fue uno de los pocos que pudo darle competencia a un piloto que, aunque tenía pasaporte alemán, parecía que hubiese nacido en otro planeta.
El tiempo fue pasando y nuestro piloto, campeón de dos de los tres premios que forman la Triple Corona, volvió a Estados Unidos, donde años antes había dejado escrito su nombre en letras de oro. Corrió en Nascar, entró a la IndyCar Series, volvió a Indianápolis y en años recientes se ha especializado en la conducción de prototipos deportivos siendo, en 2019, campeón del IMSA SportCar Championchip. Siempre, detrás del volante, un campeón.
Montoya no se ha bajado aún del carro. De hecho, ahora vive una etapa más como instructor. Instructor de un futuro piloto que -esperamos- nos llene también de alegrías. Este es Sebastián Montoya: su hijo, actualmente piloto de F3. En marzo de este año, por ejemplo, corrieron juntos las 12 horas de Sebring, en Florida. Cuando lideraban la carrera, un competidor los embistió y tuvieron que dejarla.
En septiembre pasado, juntos, corrieron la Petit Le Mans, logrando la segunda posición, en la categoría LMP2, a bordo del DragonSpeed 81, construido por Oreca, justamente para esta carrera. Qué difícil sería escoger a uno solo, entre tantos deportistas que han traído alegría a este país del norte de Sudamérica. Sin embargo, Seguramente, Juan Pablo Montoya estará ahí, siempre. Como una de esas razones por las que vale la pena despertarse temprano, un domingo en la mañana.