Yuri Alvear da la tercer medalla a Colombia
La judoca vallecaucana alcanzó el bronce en los 70 kilogramos derrotando a la china Fei Chen.

Yuri Alvear, medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Londres. Foto: EFE
La judoca vallecaucana alcanzó el bronce en los 70 kilogramos derrotando a la china Fei Chen.
La judoca colombiana Yuri Alvear consiguió la medalla de bronce en la categoría de -70 kilos al vencer a la judoca china Fei Chen por un waza-ari y un yuko en un combate en el que fue muy superior y no dio opción a su rival.
La colombiana, campeona mundial en 2009, no alcanzó la final al perder en cuartos ante la gran favorita de la categoría, la francesa Lucie Decosse, pero se impuso en la repesca a la eslovena Rasa Sraka y a Chen en el último combate, consiguiendo así el tercer cajón del podio.
Al sonar la bocina conforme se habían terminado los cinco minutos de tiempo, Alvear se dejó caer en el tatami del recinto Excel, donde se celebra el judo, con lágrimas en los ojos y una veintena de amigos y conocidos coreando su nombre en la grada.
"Quiero dar las gracias a Dios por haberme permitido llegar hasta aquí y ganar esta medalla de bronce para Colombia. Lo había dejado todo en sus manos y él me entregó la fuerza para lograr esto", aseguró la colombiana al terminar el combate.
La judoca suramericana realizó una competición muy sólida con el único error de los cuartos de final donde se despistó solo empezar el combate y fue derribada con un asombroso ippon de la francesa Lucie Decosse.
Después de llorar en los vestuarios, como reconoció ella misma al terminar el torneo, Alvear se recompuso y cuajó dos combates casi perfectos en repesca para alzarse finalmente con la medalla de bronce.
Primero se deshizo de Sraka, que había perdido los cuartos de final ante la coreana Ye-Sul Wang, con un contundente ippon que hizo vibrar el tatami del recinto.
Finalmente, en el último combate ante la china, a quien no había ganado nunca anteriormente, la colombiana demostró técnica e inteligencia para imponerse con un waza-ari y un ippon a su rival, que en casi ningún momento pareció poner en peligro su medalla.
"Sí que he mejorado mucho en el último año, sobre todo en el aspecto táctico gracias a mi entrenador. Pero lo más importante ha sido que he depositado mi confianza en Dios y le he invitado a que sea parte de mi vida", explicó Alvear.
Previamente, Alvear se había deshecho en dieciseisavos de final de la brasileña Maria Portela, ocho puestos por encima en el ránking, con menos complicaciones de las esperadas tras hacer valer su mayor experiencia.
Tras 80 segundos de combate, Alvear logró un waza-ari que desconcentró a la brasileña que, un minuto más tarde, cayó totalmente de espaldas contra el suelo tras una acción de la colombiana que supuso el ippon definitivo.
En octavos de final, la colombiana se encontró a una rival a priori más asequible, la angoleña Antonia Moreira, a la que no pudo derribar de proyección pero que venció mediante un ippon en el trabajo de suelo.
Tras esta medalla, la colombiana, que se ha hecho con la tercera presea para su país, ya fija su objetivo en Río 2016 donde espera conseguir el oro que se le ha escapado hoy en el único error importante que cometió. EFE
La colombiana, campeona mundial en 2009, no alcanzó la final al perder en cuartos ante la gran favorita de la categoría, la francesa Lucie Decosse, pero se impuso en la repesca a la eslovena Rasa Sraka y a Chen en el último combate, consiguiendo así el tercer cajón del podio.
Al sonar la bocina conforme se habían terminado los cinco minutos de tiempo, Alvear se dejó caer en el tatami del recinto Excel, donde se celebra el judo, con lágrimas en los ojos y una veintena de amigos y conocidos coreando su nombre en la grada.
"Quiero dar las gracias a Dios por haberme permitido llegar hasta aquí y ganar esta medalla de bronce para Colombia. Lo había dejado todo en sus manos y él me entregó la fuerza para lograr esto", aseguró la colombiana al terminar el combate.
La judoca suramericana realizó una competición muy sólida con el único error de los cuartos de final donde se despistó solo empezar el combate y fue derribada con un asombroso ippon de la francesa Lucie Decosse.
Después de llorar en los vestuarios, como reconoció ella misma al terminar el torneo, Alvear se recompuso y cuajó dos combates casi perfectos en repesca para alzarse finalmente con la medalla de bronce.
Primero se deshizo de Sraka, que había perdido los cuartos de final ante la coreana Ye-Sul Wang, con un contundente ippon que hizo vibrar el tatami del recinto.
Finalmente, en el último combate ante la china, a quien no había ganado nunca anteriormente, la colombiana demostró técnica e inteligencia para imponerse con un waza-ari y un ippon a su rival, que en casi ningún momento pareció poner en peligro su medalla.
"Sí que he mejorado mucho en el último año, sobre todo en el aspecto táctico gracias a mi entrenador. Pero lo más importante ha sido que he depositado mi confianza en Dios y le he invitado a que sea parte de mi vida", explicó Alvear.
Previamente, Alvear se había deshecho en dieciseisavos de final de la brasileña Maria Portela, ocho puestos por encima en el ránking, con menos complicaciones de las esperadas tras hacer valer su mayor experiencia.
Tras 80 segundos de combate, Alvear logró un waza-ari que desconcentró a la brasileña que, un minuto más tarde, cayó totalmente de espaldas contra el suelo tras una acción de la colombiana que supuso el ippon definitivo.
En octavos de final, la colombiana se encontró a una rival a priori más asequible, la angoleña Antonia Moreira, a la que no pudo derribar de proyección pero que venció mediante un ippon en el trabajo de suelo.
Tras esta medalla, la colombiana, que se ha hecho con la tercera presea para su país, ya fija su objetivo en Río 2016 donde espera conseguir el oro que se le ha escapado hoy en el único error importante que cometió. EFE
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