Claudia Palacios gana más que el presidente en Canal Capital

La comunicadora que está  a la cabeza de Canal Capital, gana más que el propio presidente Juan Manuel Santos, quien devenga 33 millones de pesos mensuales y el alcalde Enrique Peñalosa con 12'831.139 pesos.

Palacios gana más, incluso, que su jefe directo, Darío Montenegro, quien tiene una asignación de 18 millones de pesos mensuales.

"Canal Capital, técnicamente se considera que está apagado", dice Guillén en la columna.

En la actualidad su promedio de televidentes diario es de escasos 8.000, de acuerdo con la firma IBOPE, especializada en medir audiencias.  Ante el millonario pago muchos se asombran para el poco alcance que tiene y se desconoce el contenido que manejan.

El comunicador basa su columna afirmando que se puede consultar el portal del Sistema Electrónico de Contratación Pública (Secop),  y efectivamente se encuentra que el contrato de Palacios es por 365’400.000 pesos por un año.

Guillen en su columna hace una explicación global de cómo se realizan otros cuantiosos contratos: “Bajo la cabeza de Palacios otros once funcionarios del canal ganan bastante dinero suman al año $1.692’300.000,00. Con esa nómina faraónica, Canal Capital tiene, adicionalmente, 13 jefes de emisión y de redacción que se comen $1.000 más al año y presentadores que chupan otros $720 millones. Y esto, sin contar una nómina paralela de 12 personas que orbitan al señor Montenegro, así como una serie de contratos a dedo que les ha otorgado a sus amigos”.

El presupuesto del canal para el 2017 es de $15 mil millones, aportados por el bolsillo de los bogotanos; más $6 mil millones que los colombianos dan a través de la llamada Autoridad Nacional de Televisión.

El comunicador cuestiona que estos absurdos y elevados pagos a funcionarios de esferas altas del Canal Capital impide sostener los sueldos modestos de empleados indiscutiblemente útiles, por lo cual un grupo de 60 de estos -todos del área técnica- fueron despedidos.

Algunos habían trabajado allí durante 16 años, de manera que, para citar un ejemplo, los camarógrafos profesionales y sus asistentes que salieron han sido reemplazados con 10 teléfonos celulares de mala calidad que Montenegro compró para que los mismos periodistas filmen con ellos las imágenes con las que deben ilustrar sus notas.

Tristemente lo dice el mismo columnista Gonzalo Guillen, es la administración de un canal muerto. 

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