Falcao García volvió a convertir y ser figura con River Plate

River Plate regaló el primer tiempo, pero con los ingresos de Diego Buonanote y Radamel Falcao García cambió la imagen en el complemento y pudo empatar agónicamente con Rosario Central 3 a 3.

Andrés Ríos, Diego Buonanote y Falcao García convirtieron los tantos del equipo de Daniel Passarella, mientras que para los rosarinos anotaron Martín García, Damián Díaz y Ronald Raldes.

El árbitro Pablo Lunati fue el centro de los cuestionamientos para los jugadores de Central, por las expulsiones de Belloso y Hernán Castellano, y los once minutos que dio de descuento, lapso en el que empató un fantástico cabezazo de Radamel Falcao.

Pese a no alcanzarle para ganar el encuentro y acercarse a los primeros puestos, River volvió a salvar un partido que lo tenía perdido y por lo menos pudo mantener su invicto como local en este campeonato.

River comenzó con una actitud paciente y se encontró con un ordenado y prolijo equipo de Rosario Central, que lo sorprendió de contraataque.

El problema que tuvo el equipo de Daniel Passarella en el primer tiempo fue que no tuvo creatividad para elaborar su ofensiva y tratar de superar la férrea marca de los hombres rosarinos.

El mediocampista Sixto Peralta no incidió en el juego, estuvo desdibujado y River sintió la falta de un armador neto.

Por esta razón Fernando Beluschi tuvo que meterse al medio y ponerse el traje de conductor, dejando solitaria la izquierda del mediocampo riverplatense.

Por allí el juvenil Tomás Costa comandó los ataques de su equipo y se complementó bien con Damián Díaz, para crearle peligro al arco de Juan Pablo Carrizo.

Hasta los 20 minutos el partido fue intrascendente porque al jugarse el mayor tiempo en la mitad de la cancha, las acciones de peligro escasearon y los arqueros eran espectadores de lujo.

Central se acercó por primera vez al arco local a los 21 minutos. Díaz entró al área por la derecha, remató y la pelota pegó claramente en el brazo izquierdo de Nicolás Sánchez, y el árbitro Lunati no cobró penal, y le impidió al conjunto rosarino tener una inmejorable ocasión para ponerse en ventaja.

A partir de ese momento River quiso despertar y tuvo a los 25 su mejor jugada colectiva. Beluschi apareció solo por derecha, tiró el centro, Ríos cabeceó y Cristian Alvarez sacó notablemente por un costado. El robote lo tomó Zárate, quien remató y nuevamente tapó el arquero. La pelota le cayó a Augusto Fernández, quien estrelló un violento remate en el travesaño.

En un final que fue de ida y vuelta, Central aprovechó una escapada de Díaz por izquierda, quien dejó en la media luna para Martín García. Este disparó al palo derecho de Carrizo para poner en ventaja a su equipo.

River salió con todo en el complemento y creció futbolísticamente con los ingresos de Buonanote y Falcao, pero el déficit del conjunto local seguía siendo su última línea, la cual nunca mostró solidez.

Central aprovechó las distracciones defensivas de River y a los 3 minutos amplió la ventaja con una perfecta definición de Díaz sobre Carrizo, y River fue a buscar el descuento y lo consiguió a los 16 con un toque de Ríos tras una pifia de Emiliano Papa.

Con el 2-1 Central desaprovechó chances claras para liquidar el partido, y entonces mantenía encendida la ilusión de River de empatar o dar vuelta el resultado.

El habilidoso Buonanote empardó el marcador con un soberbio zurdazo que se metió a los 29 en ángulo superior izquierdo del arco de Alvarez.

A falta de 15 minutos, River no tuvo resto físico para buscar la victoria y Central le quedaba regalado el contragolpe para llevarse los tres puntos a Rosario.

En el tercer minuto adicional, Raldes definió de derecha desde dentro del área y marcó el tercero para su equipo, pero en el séptimo minuto adicional Falcao García conectó de cabeza un centro y desató la alegría del público riverplatense.

Justo empate porque los dos salieron a buscar el resultado, aunque Central fue más compacto y claro para atacar, mientras que River se acordó en el complemento de jugar a nivel colectivo y pudo rescatar un empate en la agonía.