Copa Libertadores: Rotundo fracaso, final a partido único

Este sábado, sobre las tres de la tarde, hora colombiana, Flamengo  y Atlético Paranaense disputarán la final, a partido único, de la otrora gloriosa Copa Conmebol Libertadores. Ambos equipos llegan a la final, después de quitarse de encima el primero a los argentinos de Vélez Sarfield y los segundos a los también brasileños de Palmeiras, en la que será la tercera final consecutiva, que se resuelve entre equipos brasileros y la cuarta seguida en que un equipo de ese país, levanta el trofeo.

Y este, quizá, es el primer paso de un cóctel que, a la larga, ha empezado a rotularse como fracaso, de cara al torneo continental más importante de América. Este ingrediente, causado por la repetida aparición de equipos de Brasil, podría llamarse: Apatía. El otro ingrediente, culpa absoluta de la confederación regional, podría ser la final a partido único, en una sede previamente escogida por el ente sudamericano, igual que ocurre en la europea Liga de Campeones.

La población sudamericana, con sus países atravesando por una fuerte inflación, sin vías adecuadas, en muchos casos y sin los modernos trenes que recorren el viejo continente, se vio atropellada por la idea de la Conmebol, que ahora la ve difícil a la hora de ir a ver a sus equipos favoritos, cuando juegan al otro lado del continente, con el avión como único medio de transporte.

Sin tener aún cifras oficiales, el portal Goal.com reveló, hace unos cuantos días, que apenas 11,000 de alrededor de 60,000 entradas habían sido vendidas. Esto corresponde, apenas, al 18% del estadio Monumental de Guayaquil, el escenario en el que se llevará a cabo el encuentro.

De tal tamaño será la crisis, que la misma Conmebol empezó a regalar las entradas. Sí, leíste bien: REGALAR. A varios compradores les llegó la notificación, a través de correo electrónico que, como agradecimiento a su compra, doblarían la cantidad de entradas compradas.

Atrás quedaron los recuerdos de, por ejemplo, aquella final del 2017 entre Gremio de Portoalegre (Brasil) y Lanús (Argentina): En la ida, en el Arena Do Gremio, hubo 55 mil personas. En la vuelta, en el estadio Ciudad de Lanús, en esta ciudad argentina, hubo 45 mil. Un fracaso en letras mayúsculas, causado por una entidad que, queriendo copiar los modelos de otra confederación, se dispara en el pie sin poder hacer nada para evitarlo. En el filo de la navaja, el espectáculo…