Álvaro Montero ‘metió las patas’ en el partido ante Junior y en redes no lo perdonan

El duelo entre Junior de Barranquilla y Millonarios en el estadio Metropolitano tuvo un momento clave que inclinó temporalmente la balanza a favor del equipo local, donde un error inesperado del arquero Álvaro Montero fue aprovechado por Guillermo Paiva, quien hizo las veces de tiburón y olfateó el miedo del guardameta, abriendo el marcador y desatando la celebración de la afición. 

El gol llegó tras una jugada en la que Millonarios intentaba salir jugando desde su área. Montero, confiado, intentó controlar el balón, pero un mal toque permitió que Paiva lo presionara de inmediato. El delantero paraguayo no dudó y, tras arrebatarle la pelota al arquero, definió con un preciso remate de pierna derecha para mandar el balón al fondo de la red.

De esta forma, fue protagonista de un error que no solo puso en ventaja al Junior, sino que dejó en evidencia las falencias del guardameta guajiro en ciertas situaciones de presión, como ha ocurrido en ocasiones anteriores.

Más allá del resultado final del partido, la actuación de Montero genera incertidumbre, sobre todo en un momento clave de la temporada, ya que el arquero de Millonarios ha sido una de las opciones recurrentes en la convocatoria de Néstor Lorenzo para la Selección Colombia.

Sin embargo, con el inminente regreso de David Ospina y el buen presente de Kevin Mier en México, su lugar en la lista para las Eliminatorias Sudamericanas podría estar en riesgo, considerando que el cuidapalos titular será Camilo Vargas. 

Mientras tanto, el Junior de Barranquilla se quedó con la victoria, y aunque Millonarios trató de recomponerse tras este error, la jugada de Montero quedó amplió el debate sobre si debe ser llamado nuevamente como revulsivo por Néstor Lorenzo para los duelos entre Brasil y Paraguay. 

Junior, por su parte, continúa aprovechando cada oportunidad para sumar puntos y consolidarse en la parte alta de la tabla, dándole así un respiro a su director técnico, quien sí o sí debía ganar para ratificar su permanencia.