Por: Redacción Deportes • Colombia.com

Barrilete cósmico, la vida de Maradona que ha brincado como una pelota de fútbol

La vida de Diego Maradona, el barrilete cósmico, brinca como una pelota de fútbol porque está escrito que los genios, genios son, y por eso nunca vivirán la paz de un mortal cualquiera.

Actualización
Diego Armando Maradona es reconocido como el mejor futbolista de todo los tiempos junto a Pelé. Foto: Facebook SSC Napoli/Bleacher Report Football
Diego Armando Maradona es reconocido como el mejor futbolista de todo los tiempos junto a Pelé. Foto: Facebook SSC Napoli/Bleacher Report Football

La vida de Diego Maradona, el barrilete cósmico, brinca como una pelota de fútbol porque está escrito que los genios, genios son, y por eso nunca vivirán la paz de un mortal cualquiera.

“Diego nuestro que estás en la Tierra, santificada sea tu zurda, venga a nosotros tu magia, háganse tus goles recordar, así en la Tierra como en el cielo. Danos hoy una alegría en este día, y perdona a aquellos periodistas, así como nosotros perdonamos a la mafia napolitana. No nos dejes manchar la pelota y líbranos de Havelange”.

Esa oración la rezan los maradonianos, adeptos a la iglesia Maradoniana, que como es lógico tiene como su único Dios al hombre nacido en Villa Fiorito y que en el equipo de los cebollitas, comenzó a forjar páginas gloriosas del fútbol mundial.

Diego Armando Maradona Franco cumple hoy 60 años pero siempre llevará la camisa número 10, es considerado como el más grande del fútbol en la historia, aunque existe por décadas la discusión sobre quién es el monarca supremo, el oriundo de Lanús oeste o Pelé, Edson Arantes do Nascimento “O rei”.

El mundo conoció la historia de un adolescente de una pobre barriada de Buenos Aires que hacía malabares con un balón ante las cámaras de televisión y con imágenes de blanco y negro, el chico dominaba a su antojo la pelota en una cancha de fútbol en la que el pasto no existía y el polvo fungía como grama.

El pelusa, el Diego, el pibe de oro, el cebollita, el D10s, ápodos se cuentan con los dedos, en cambio los adjetivos para calificar su magia como futbolista quedan haciendo falta porque sería necesario inventarlos, nadie que haya visto el primer gol que le marcó a los ingleses en el Mundial de Fútbol de México podrá decir que existe uno mejor, ni siquiera los que se le han visto a Messi o a Cristiano Ronaldo.

El barrilete cósmico, apodo dado por el locutor Víctor Hugo Morales y que surgió justo en el momento en que dejaba tirados a los ingleses en México 86, una especie de revancha por la guerra de las Malvinas, es ejemplo de la contradicción que marcó su vida, Menotti lo llamó barrilete por sus ires y venires en el mundo alrededor del deporte, entonces después de ese gol se inscribió como el mejor, un barrilete de otro planeta, un barrilete cósmico.

La magia y el arte supremo, el primer gol a los ingleses como pintura de la capilla sixtina, el segundo a la misma víctima con la picardía de un ladrón genial, un gol con la mano que saldó en parte la deuda por los fallecidos en las Malvinas, jóvenes mal alimentados y armados que no supieron por qué la vida abandonaba sus cuerpos.

Genio y figura, hombre amado en su mayoría, pero odiado, él tiene el derecho a hablar cómo quiera, en Argentina es un Dios y aunque su antigua vida disipada le esté pasando factura y le haya afectado el cerebro, como dicen algunos, su magia en la cancha ni el propio Messi la podrá borrar.

Un hombre sin freno en su zurda y sin fisuras en su carácter.