¿Se van a ir ‘blanqueados’? El Real Madrid tomó drástica decisión sobre la Copa del Rey

Para sorpresa de muchos, el ambiente previo a la gran final de la Copa del Rey entre Real Madrid y Barcelona se tornó tenso e inesperadamente polémico, debido a que, a 24 horas del encuentro decisivo en el estadio de La Cartuja, el árbitro designado para dirigir el partido, Ricardo de Burgos Bengoetxea, realizó unas declaraciones que no cayeron nada bien en la capital española y que encendieron las alarmas dentro de la 'Casa Blanca'. 

El juez, visiblemente afectado, expresó que ha recibido presión mediática, especialmente por parte de 'Real Madrid TV', canal oficial del club blanco. Lo más delicado fue su alusión a cómo esta situación ha afectado a su entorno familiar, especialmente a su hijo, generando empatía en unos y rechazo en otros. Estas palabras bastaron para que la tensión estallara.

El Real Madrid, en una postura firme, consideró inaceptables los comentarios del colegiado y cuestionó la imparcialidad del cuerpo arbitral. Como forma de protesta, decidió suspender sus actividades oficiales previas a la final de la Copa del Rey, incluyendo el entrenamiento y la habitual rueda de prensa. En un comunicado, el club denunció una actitud hostil y una falta de neutralidad que, según ellos, pone en riesgo la equidad del encuentro.

En medio de este clima de controversia, se llegó a especular incluso con la posibilidad de que el conjunto blanco no se presentara a disputar el compromiso. Algunos medios como 'El Chiringuito' alimentaron estas versiones, asegurando que el equipo contemplaba regresar a Madrid si la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) no tomaba cartas en el asunto.

¿El Real Madrid se queda por fuera de la final de la Copa del Rey?

La noticia recorrió Europa y no faltaron los rumores sobre un posible reemplazo del Real Madrid en la final, con el nombre de la Real Sociedad apareciendo como alternativa. Sin embargo, todo se disipó horas más tarde cuando el club madrileño ratificó su presencia en el compromiso ante el Barcelona, confirmando que sí jugará la final este sábado 26 de abril.

Aunque el conflicto no deja de generar repercusiones, el foco ahora vuelve al campo, donde se espera un clásico cargado de tensión no solo deportiva, sino también institucional. Las próximas horas serán determinantes, no solo por el trofeo en juego, sino por el impacto que este episodio podría tener sobre la credibilidad del arbitraje y la organización del fútbol español.