Amaranto Perea, el hombre que nunca levanta la voz en el Atlético

Su mujer, la atleta Digna Luz Murillo, define la situación mejor que nadie. "Cuando coge la pelota digo: ‘Luis, por favor, no’. Hago como una fuerza para ayudarle, pero no sirve".

Un runrún de expectación flota en el ambiente en cuanto el balón pasa por los pies de Perea. Los rivales lo ven como una oportunidad; los propios como una situación de riesgo. El colombiano acostumbra a complicarse la vida una o dos veces por partido. El runrún se mantiene, pero en el sentido contrario, cuando el balón está en poder del adversario y el defensa del Atlético anda por los alrededores.

El riesgo entonces lo perciben los ajenos y la confianza en su seguro de vida, los afines. Es ahí, como remedio de emergencia para los ataques más claros, cuando Perea se transforma en un coloso. Dueño de unas facultades (potencia y velocidad) que no abundan, el colombiano llega siempre a tiempo a todo.

Cosido a esas sensaciones contradictorias, un peligro a favor y en contra, Perea presenta unos números para presumir. Lleva ocho temporadas consecutivas en el Atlético, lo que en esa casa ya constituye una efemérides.

El extranjero con más partidos de toda su historia, 450 (352 en la Liga BBVA). Uno de los capitanes. Titular casi siempre. Bajo sospecha al principio con todos sus entrenadores, pero a los que acaba convenciendo. Con Simeone aún pasa por la fase de desconfianza. Juanfran le ha quitado el sitio en el lateral y Godín, Miranda y Domínguez van por delante en la pugna por el centro de la defensa.

Sólo ha jugado dos partidos ligueros de titular con el Cholo y otros dos en la Liga Europa. Es carne de banquillo. Pero Perea no levanta la voz. Asume sin rechistar el rol que le colocan cada vez y cumple como profesional. Nunca se inmuta pese a los que le condenan. Sabe que el tiempo, tarde o pronto, siempre termina por darle la razón.

Con información de la Liga BBVA