Jugador de la Selección Colombia fue capturado en Cartagena por violencia intrafamiliar

En Cartagena estalló un caso que ha estremecido al fútbol colombiano y que ha puesto nuevamente en el centro del debate la violencia intrafamiliar. Un joven jugador de apenas 19 años, con pasado en el Real Cartagena y experiencia en la Selección Colombia Sub-17, fue denunciado por su pareja sentimental y posteriormente enviado a prisión preventiva tras graves acusaciones en su contra.

El caso ha sido revelado por el medio Caracol y ha generado indignación entre la opinión pública. La víctima relató en detalle las agresiones sufridas, asegurando que durante meses vivió en un ambiente de miedo constante al lado de Rafael Santos Mercado. 

Según su testimonio, el futbolista no solo la golpeaba, sino que en varias ocasiones llegó a obligarla a sostener relaciones íntimas bajo presión. La fiscal encargada del caso confirmó que las agresiones no fueron hechos aislados, sino un patrón de maltrato que se repitió en al menos dos oportunidades previas.

Uno de los episodios más impactantes ocurrió cuando el jugador, identificado como Rafael Santos Mercado, la habría atacado brutalmente hasta fracturarle la mandíbula en varias partes. La victima contó que todo empezó cuando se negó a subirse en la moto del futbolista: “Me pegó un puño en la cara y desperté con una fractura maxilar izquierda y un hueso de la mandíbula partido en dos pedazos”. Ese episodio fue el límite que la llevó a denunciar formalmente.

Sin embargo, como informó el reconocido medio, los hechos de violencia no terminaron ahí. La víctima también narró cómo en otra ocasión el futbolista intentó poner en riesgo su vida al rociar gasolina en varias partes de la casa y abrir las llaves del gas, amenazando con quemarla viva.

El jugador con pasado en la Selección Colombia fue capturado y presentado ante un juez, donde se declaró inocente durante la audiencia. Finalmente, la juez decidió dictar casa por cárcel a Rafael Santos Mercado, lo que generó un debate sobre si esta sanción es suficiente dada la gravedad de los hechos.

Este escándalo deja en evidencia dos realidades preocupantes: por un lado, el incremento de casos de violencia intrafamiliar en Colombia, y por otro, cómo el fútbol profesional e incluso la Selección Colombia no están exentos de verse salpicado por situaciones que trascienden lo deportivo.