Por: Karen Benavides • Colombia.com

Mujer creyó haber adoptado un ‘mini pig’ y terminó con un cerdo de 250 kilos

Mujer adoptó una peculiar mascota, creyendo que se trataba de un mini cerdo que no pesaría más de 50 kilos, pero el resultado terminó sorprendiéndola.

Por error, mujer adoptó un cerdo que ahora pesa 250 kilos. Foto: Instagram @lilica_pig
Por error, mujer adoptó un cerdo que ahora pesa 250 kilos. Foto: Instagram @lilica_pig

Mujer adoptó una peculiar mascota, creyendo que se trataba de un mini cerdo que no pesaría más de 50 kilos, pero el resultado terminó sorprendiéndola.

Los pequeños cerdos conocidos como ‘mini pig’ o ‘tazas de té’ se han convertido en mascotas populares en hogares de diferentes lugares del mundo por su pequeño tamaño, pues llegan a pesar entre 22 y 68 kilos, y pueden alcanzar el tamaño de un perro grande, por lo que no hay ningún problema en convivir con ellos en una vivienda.

Precisamente, este era el animal que quería tener como su fiel compañero Rosangela dos Santos Lara, una mujer de 50 años, quien adquirió en un mercado un supuesto “mini pig”, pero terminó llevándose una increíble sorpresa cuando su mascota no paraba de crecer.

Según revelaciones de esta mujer, el vendedor le aseguró que se trataba de un mini cerdo y que no debía superar los 50 kilos, sin embargo, todo fue un engaño pues Lilica, nombre al cual responde este gigantesco animal, terminó pesando aproximadamente 250 kilogramos. “La compré pensando que sería una cerdita, pero se convirtió en un animal gigante”, cuenta Rosangela.

A pesar de su gran magnitud, esta docente de 50 años decidió quedarse con Lilica y brindarle todo el amor y los cuidados que necesita, como si se tratara de cualquier otra mascota; de hecho, comenta que aunque ha recibido numerosas ofertas para vender a Lilica como carne, no está a la venta y hace parte de la familia.

“Alguien me ofreció 20 mil reales por ella para el matadero, pero no está a la venta. Aunque sé que [ese dinero] me ayudarían en este momento, pero no la vendo. Deja a la cerdita ahí... Ella vino a traerme alegría. La gente me llama loca, pero yo amo a los animales”, comenta.

Sin embargo, no todo ha sido color de rosa pues, a pesar de que el amor que sienten por Lilica es inmenso, su manutención es todo un reto, teniendo en cuenta que consume gran parte del presupuesto que tiene la familia al tener que ser alimentada con por lo menos 5 kilos de frutas y verduras diariamente, y alimento para animales.

No obstante, aun teniendo esta serie de obstáculos o situaciones difíciles, ni a ella ni a su esposo, Nelson, se les pasa por la cabeza deshacerse de Lilica, pues es una mascota más a la que le han cogido un gran cariño; de hecho, cuenta Rosangela que, a pesar de su tamaño, sigue durmiendo en un colchón al interior de la habitación de la pareja.