Perrita de familia masacrada en Santander no se separó de la casa donde estaban los cadáveres
La mascota de las 4 personas de una misma familia, masacradas en Landázuri, Santander, permaneció en la casa durante horas, para acompañar a los cadáveres de sus dueños.
La mascota de las 4 personas de una misma familia, masacradas en Landázuri, Santander, permaneció en la casa durante horas, para acompañar a los cadáveres de sus dueños.
Una nueva masacre ha conmocionado a la sociedad colombiana, donde las víctimas fueron cuatro personas de una misma familia, asesinadas en su propia casa por 5 personas más, al parecer de nacionalidad venezolana; los hechos se dieron el pasado 11 de septiembre en Landázuri, Santander, y 4 de los homicidas también fallecieron luego de que la comunidad intentara hacer justicia por mano propia.
No obstante, además de la terrible tragedia por la muerte de estas 4 personas de forma cruel, con arma blanca y su casa incinerada, un hecho conmocionó aún más a la población de dicho sector, pues la mascota de aquella familia, una perrita de raza criolla de color negro, permaneció en la puerta de la vivienda durante varias horas, acompañando los cadáveres de quienes habían sido sus propietarios, probablemente esperando verlos nuevamente o simplemente comprendiendo que ya no volverían jamás.
El caso lo dieron a conocer los mismos residentes de la vereda en la que se dio la masacre, quienes además lograron fotografiar la desgarradora escena, en la cual se puede ver a la canina sentada a las afueras de la casa, completamente desolada, mientras en las paredes son evidentes los estragos que dejaron las llamas. La imagen ha sido difundida con gran rapidez en redes sociales y por diferentes medios de comunicación.
Precisamente, estas personas aseguraron que varios individuos intentaron sacarla de allí en numerosas ocasiones, sin embargo, ella siempre se escapaba para regresar al mismo lugar, demostrando la inocencia, nobleza y gran lealtad que siempre ha caracterizado a estos seres. No obstante, los últimos testimonios afirman que finalmente fue rescatada y llevada a un refugio.
Sobre la masacre
Una mujer, quien trabajaba con la familia y sobrevivió al ataque, se convirtió en testigo clave para esclarecer lo sucedido, pues contó a las autoridades que 5 sujetos venezolanos habían arribado al lugar y habían iniciado una pelea con Álvaro Díaz Pineda, una de las víctimas, pues al parecer este hombre les estaba cobrando 20 millones que les había prestado y aún le debían.
Sus hijos, Sebastián y Karen de 13 años, y su esposa, Loiden Acuña Pérez, también perdieron la vida, al parecer por las heridas de arma blanca que estos hombres les habían ocasionado; finalmente prendieron fuego a la propiedad en un intento por no dejar ninguna evidencia.
No obstante, los presuntos homicidas no contaban con que serían buscados posteriormente por una comunidad enfurecida que buscaba vengarse por lo sucedido y hacer justicia, la cual acabó con la vida de 4 de ellos; el quinto presunto culpable fue entregado por la misma población a la Policía, luego de haber permanecido escondido en una escuela para evitar ser linchado.