The Weeknd fue un éxito total, sus seguidores salieron felices de su concierto en la capital colombiana

Tras el nombre de The Weeknd, se encuentra Abel Makkonen Tesfaye, un cantante canadiense conocido en el mundo por su increíble talento en la música, el pasado 4 de octubre estuvo en Bogotá para cumplirle la cita a todos sus fanáticos colombianos y tal y como lo prometió cumplió todas las expectativas con un show fuera del planeta. 

El show inició con la salida de la luna llena en el centro de la grama, anunciando que The Weeknd llegaría pronto a la tarima. El espectáculo fue pensado fuera del planeta y lo consiguió, pues los espectadores se sentían en medio del espacio exterior. 

Cómo parte del show había dos elementos que resaltaban esta luna artificial cambiante entre verde, azul, amarillo y rosa. Y, el otro fue un robot femenino que rotaba 360 grados. Además de un mar de lucecitas en medio del espacio. 

Infobae ha revelado detalles sobre el clímax del espectáculo de The Weeknd, que ocurrió en dos partes. La primera fue cuando el cantante reveló su rostro al abandonar completamente su máscara. La segunda parte tuvo lugar cuando bajó de la pasarela y se acercó a los fans que ocupaban la primera fila, quienes tuvieron la oportunidad de cantar junto a él una de sus canciones.

Sin duda el tema más esperado de la noche por cuenta de los fanáticos de The Weeknd, era Blinding Lights, el cual marcó el punto más alto del concierto, pues el estadio vibró con los saltos de los asistentes y el cantante dio todo y mucho más emocionando al punto de las lágrimas a sus fanáticos. 

Esta canción es el segundo sencillo de su cuarto álbum de estudio llamado After Hours, su disco protagonista de la gira y el que le da el nombre al tour. Este tema musical logró ocupar el primer puesto de la lista Hot 100 Billboard de las mejores canciones de todos los tiempos’, razón por la que se convirtió en la favorita de los fanáticos del canadiense.

Los espectadores del concierto de The Weeknd agradecieron la generosidad del artista al dividir su presentación en estaciones, lo que permitió crear momentos memorables para los asistentes. El escenario se dividió y el artista cantó tres canciones en cada espacio, permitiendo que todo el público pudiera disfrutar de su actuación de cerca. El canadiense cerró el concierto de manera espectacular, subiendo a la cima del edificio principal del escenario y permitiendo que todo el Estadio El Campín lo viera antes de finalizar su show.