Por: Jessica Mutis • Colombia.com

Estudio revela lo que sucede en los jóvenes cuando se separan de su dispositivo móvil

La investigación liderada por la Universidad de Málaga, descubrió que la población estudiada desarrolló problemas de ansiedad e inseguridad, después de estar una semana sin teléfono.

La investigación liderada por la Universidad de Málaga, descubrió que la población estudiada desarrolló problemas de ansiedad e inseguridad, después de estar una semana sin teléfono. Foto: Shutterstock
La investigación liderada por la Universidad de Málaga, descubrió que la población estudiada desarrolló problemas de ansiedad e inseguridad, después de estar una semana sin teléfono. Foto: Shutterstock

La investigación liderada por la Universidad de Málaga, descubrió que la población estudiada desarrolló problemas de ansiedad e inseguridad, después de estar una semana sin teléfono.

El estudio fue implementado a la población europea entre los 15 y 24 años exactamente a 97 voluntarios, el análisis hace parte de un proyecto de investigación nacional que persigue conocer el uso informativo de las redes sociales en este grupo de edad. El proceso ha sido liderado por el profesor Pedro Farias y codirigido por el profesor Bernardo Gómez, y buscaba conocer las reacciones de las personas cuando no tienen acceso a la información, como con las redes social, las cuales son hoy en día uno de los mecanismos de comunicación más usados en el mundo. 

El proyecto tuvo inicio en el año 2020 y tiene participación también de la Universidad Complutense de Madrid, la Universidad Miguel Hernández de Elche y varios socios internacionales como la Universidad de Viena y la Universidad de Beira Interior (Portugal).Después de la primera semana sin celular, se entendió que los jóvenes participantes usaron su teléfono poco más de cinco horas diarias y que las redes sociales que más visitan eran WhatsApp, Instagram y TikTok.

La semana más retadora indica la información oficial, fue la segunda, en ella se les indicó que al desconectarse del teléfono señalaran en una nota sus impresiones en el diario. Las sensaciones que experimentaron las describen como de incomodidad, ansiedad, inseguridad e incluso dependencia, aunque para algunos supuso una cierta liberación.

Así lo manifiestan varios participantes: “Tenía necesidad de tener el móvil cerca. Tenía ansiedad si estaba lejos. Me tranquilizaba solo con tenerlo cerca”. “He tenido más ansiedad que cuando intento dejar de fumar”. “Ver a todo el mundo con el móvil en el transporte público me creaba necesidad de usarlo”. En la tercera semana, una vez recuperado el teléfono, se comprobó si había aumentado o disminuido el tiempo de uso y, especialmente, el consumo de información y entretenimiento.

Después del experimento, se realizó el respectivo seguimiento y aunque muchos de los participantes volvieron a usar normalmente el dispositivo entorno al tiempo, indicaron que lo vivido les sirvió para crear conciencia acerca del uso, puesto que esto les consume su vida y además les resta momentos de calidad con su familia. 

Otra de las fases del experimento y que continuará en 2023 es sobre la información que consume esta población y las fuentes de donde proviene la misma. Pedro Farías en conversación con el diario El País indicó "Nos movió a arrancar la investigación una fuerte preocupación: los datos nos dicen que los jóvenes acuden a fuentes oscuras para informarse, a actores ajenos a la profesión periodística, la sociedad del futuro se contenta con esa banalización del contenido".En el proceso de continuación del experimento, se preguntará a cerca de 9.000 jóvenes cómo es que creen en la información que reciben y qué factores hacen que la compartan.