Estudio colombiano revela los riesgos de usar lentes de venta callejera

La universidad de La Salle realizó un estudio sobre los riesgos a los que se enfrentan los colombianos al comprar gafas de Sol sin fórmula médica.

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La universidad de La Salle realizó un estudio sobre los riesgos a los que se enfrentan los colombianos al comprar gafas de Sol sin fórmula médica.

¡De navidad, quiero unas gafas de esas que ya vienen listas! Esa inocente petición tiene riesgos en la salud visual y ocular de los pacientes.  Así lo revela un estudio realizado por la  Universidad de la Salle, según el cual, las personas que usan lentes de venta callejera presentan a corto y mediano plazo más sintomatología.

El 72% de los pacientes no se realiza un examen optométrico anualmente como se recomienda en personas en edad de presbicie (dificultad para ver de cerca que comienza entre los 40 y 45 años de edad) que son potencialmente los usuarios de este tipo de lentes.

Los lentes de venta callejera, tan tentadores para el público por su buena presentación y bajo costo, son fabricados industrialmente, sin tener en cuenta las necesidades visuales particulares para cada persona, que necesariamente deben ser evaluadas y medidas por el Optómetra para su prescripción precisa y adecuada.

Dicha situación motivó a los Optómetras, Claudia Perdomo Ospina, José Fernando Pérez Mogollón y al físico Jaime Bohórquez Ballen de la Universidad de La Salle, a medir y comparar las características ópticas de los lentes de venta libre callejera frente a los lentes oftálmicos recetados.

“Los resultados del estudio realizado con pacientes présbitas mayores de 40 años, confirman que las personas compradoras de los lentes de venta callejera , eligen fórmulas que les producen magnificación (o aumento)  del tamaño de las imágenes, sin evaluar otras características inherentes a cada individuo, entre otras, la distancia entre los ojos, factor importante para la coincidencia con el centro óptico  de los lentes en la montura, los  defectos visuales previos a la presbicie (miopía, hipermetropía y astigmatismo), las necesidades ocupacionales, la capacidad propia de enfoque del ojo (remanente de acomodación) etc;  razón por la que se convierten en personas sin las condiciones científicas adecuadas para el funcionamiento correcto de sus ojos, repercutiendo en la calidad visual y en una inconformidad con los “anteojos”, explican los Optómetras investigadores de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de La Salle.

En el estudio se encontró que los lentes de venta libre callejera, no siempre tienen el poder dióptrico etiquetado por el fabricante e inclusive existen diferencias en dicho poder dióptrico entre el lente derecho e izquierdo de los anteojos.

Es necesario aclarar, que este tipo de anteojos, debe traer la misma graduación en ambos lentes, de donde se deduce, que sólo podrían ser utilizados si el usuario necesitara la misma graduación óptica en ambos ojos, el cual es un caso hipotético.  Esos anteojos  no tienen corrección para el astigmatismo, afección que padece el 70% de las personas.

“Los lentes de venta libre fueron pensados como una solución temporal para los pacientes, pero  la mayoría de la gente los compra para uso permanente. Con frecuencia se evita la visita al profesional de la visión, que es la persona indicada para la evaluación no solamente de la visión con su respectiva prescripción personalizada, sino de todo el ojo, para prevenir o detectar anticipadamente cualquier afección, como: glaucoma, cataratas, maculopatías, entre otras enfermedades que pueden tener mayor incidencia en este grupo de personas en edad de presbicie”, agregan los investigadores.

“Es preciso informar a los colombianos los riesgos que corre cualquier comprador de estos lentes de venta libre, ya que sin saberlo, se está “auto formulando” al elegir la graduación que cree correcta, cuando realmente está perjudicando su salud visual y ocular”, añade el grupo de investigadores.