Cali

Por: Redacción Turismo • Colombia.com

Monumento a las tres cruces

¡Buziraco, Buziraco!, así gritaban los esclavos negros, indígenas y algunos habitantes al levantar su cabeza y dirigir su mirada hacia ese imponente cerro que intimidante vigilaba los días y las noches de Cali.

Actualización
Un lugar perfecto para visitar en Semana Santa. Foto: Shutterstock
Un lugar perfecto para visitar en Semana Santa. Foto: Shutterstock

¡Buziraco, Buziraco!, así gritaban los esclavos negros, indígenas y algunos habitantes al levantar su cabeza y dirigir su mirada hacia ese imponente cerro que intimidante vigilaba los días y las noches de Cali.

EL VIGÍA DE CALI

¡Buziraco, Buziraco!, así vociferaban quienes habían subido a la loma y habían podido constatar que en esa altura el diablo habitaba.

Ante tan demoniaco huésped, un par de frailes decidieron ir hasta la montaña tutelar y poner allí tres cruces de guadua con la intención de desterrar al maligno que desde la misma España había sido anunciado como la aplastante decadencia para Santiago de Cali.

Años más tarde las cruces fueron retiradas por un fraile agustino, sin embargo, el espíritu creyente hizo que cada 3 de mayo cientos de feligreses remontaran la cumbre para participar de ceremonias religiosas y para rendir un profundo homenaje a la Santa Cruz.

Fue tal el deseo de inmortalizar las tres cruces que en 1938 se culminó su construcción en ferroconcreto y quedaron listas para ser levantadas y puestas sobre la cima testigo del transcurrir caleño desde sus principios. De la guadua al concreto y del temor a la fe, así se resume la historia de este monumento que al igual que en otras grandes ciudades del mundo, mantiene los ojos vigilantes sobre la extensión que tiene bajo sus pies.

La peregrinación en la Semana Santa, los paseos ecológicos y el esfuerzo de los atletas protagonizan las excursiones hacia este símbolo del sentir caleño ubicado en el corregimiento de Montebello en el noroccidente de la ciudad a 1480 metros sobre el nivel del mar y en el que aparte de las tres cruces se erigen antenas de telecomunicaciones.

La base del monumento tiene 420 metros cuadrados, la cruz más grande es la central que tiene 26 metros de altura y 11 metros de ancho, mientras que las otras dos cruces cuentan con 22 metros de altura y 8 metros de ancho.

Cuenta la leyenda que el demonio Buziraco que vivía en Cartagena de Indias fue expulsado y llegó a Cali para extender su poder pero los frailes franciscanos Juan y Vicente Cuesta, que alcanzando reconocimiento entre los gobernantes y aristócratas de la zona, decidieron acabar con el reinado del mal que se mostraba en forma de terror y muerte, enfermedades como la lepra, el dengue y la viruela, la prostitución, las plagas, sequías y los incendios. Dicen también que el demonio se hacía visible en los cielos como una gran mancha en forma de murciélago.

Cuando se pusieron las cruces de guadua se escuchó una fuerte voz de desaprobación achacada al mismo demonio y en 1925 un fuerte terremoto las echó al piso, esto según se dice como una obra satánica, razón que contribuyó a que surgiera la necesidad de remplazarlas por unas fuertes y duraderas.

Ficción, leyenda o realidad, el Cerro de las Tres Cruces es una imagen recurrente de la identidad caleña que bien vale la pena conocer. Anímese y suba hasta la montaña tutelar más famosa de la ciudad y divise desde allí una urbe que crece y tiene mucha fe en su promisorio futuro.