Lo que haces diariamente podría estar envejeciéndote

Diariamente realizas actividades que a simple vista pueden parecer inofensivas, sin embargo, pueden ser más perjudiciales de lo que te imaginas, y pueden estar dañando tu cuerpo. Las consecuencias generalmente pueden ser observadas a nivel externo, pero podrías estar ocasionando daños internos que son más difíciles de notar.

El error comienza cuando asumimos estas acciones perjudiciales como hábitos y, sin darnos cuenta, las convertimos en una necesidad diaria que puede provocar el envejecimiento involuntario de nuestro cuerpo, incluso más rápido que su proceso natural de maduración. 

Dormir de lado 

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Recostarse hacia un lado en la cama, apoyando la cara contra la almohada podría ser una de las equivocaciones más grandes, pues esto provoca la aparición acelerada de arrugas en las mejillas y la barbilla. 

Maquillaje

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Tu piel necesita respirar, pero el uso exagerado de los productos cosméticos impide que lo haga, pues se encargan de cerrar los poros y destruir la capa natural de grasa de la piel. Esto hará que tu cutis se vea manchado e imperfecto.

Mucha sal en la dieta alimentaria 

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Las articulaciones son las que más sufren cuando nuestros alimentos se ven sobrecargados de sal, por eso comenzarás a notar graves dolores y molestias. 

Largo tiempo frente a pantallas

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Por cada hora que pasas frente a una pantalla como el televisor o el computador, tu esperanza de vida tiende a reducirse 22 minutos, además, también es un mal hábito para la salud visual. 

No descansar lo suficiente

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Como bien sabes, las personas adultas deberían tener todas las noches un periodo de tiempo de sueño de 7 horas, no cumplir con él solo te hará lucir extremadamente cansado y puede llegar, incluso, a reducir tu tiempo de vida.

No cubrirte del sol

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Los rayos del sol son extremadamente nocivos para la piel, si no la cuidas con un protector solar acorde a tus necesidades o pasas demasiado tiempo expuesta a esta luz, comenzarás a evidenciar manchas, resequedad o enfermedades más graves de las que después te lamentarás.