¿Cómo puedo prevenir una lesión deportiva?

 Los principales desafíos de la medicina deportiva son lograr recuperar al jugador en el menor tiempo posible y que, de ser operado, muestre mínimas secuelas de su lesión.

Lesiones deportivas, más que un dolor de cabeza para los atletas. Foto: Pixabay
Lesiones deportivas, más que un dolor de cabeza para los atletas. Foto: Pixabay

 Los principales desafíos de la medicina deportiva son lograr recuperar al jugador en el menor tiempo posible y que, de ser operado, muestre mínimas secuelas de su lesión.

Las lesiones hacen parte de la vida de cualquier deportista debido al sobreesfuerzo muscular y articular que realizan, y a movimientos rápidos como correr, parar, saltar o cambiar de dirección. Sin embargo, algunas articulaciones se lesionan más frecuentemente como lo son el hombro, la rodilla y el tobillo.

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En deportes como el fútbol o rugby, la probabilidad aumenta debido a que es un juego cada vez más competitivo, intenso, con mucho más contacto corporal y entradas fuertes.  Adicionalmente, la temporada de juego es larga, con grandes variaciones climáticas que afectan las superficies de juego y a su vez, aumentan el riesgo de sufrir este tipo de traumas.

Articulaciones con lesiones frecuentes

El médico ortopedista y especialista en traumatología deportiva, Rodrigo López menciona que el hombro es la articulación más móvil del cuerpo humano por lo que está mayormente expuesta a lesiones. “Desde los deportistas hasta personas del común pueden presentar diferentes traumatismos en el hombro. Las más frecuentes en deportistas de alto rendimiento son luxación de hombro, esguinces de la articulación acromio-clavicular y compromiso del manguito rotador”, explica. “En el fútbol las lesiones de hombro tienen una incidencia de no más del 35%, lo que representa un número bajo con respecto a los daños que pueden sufrir otras articulaciones del cuerpo”.

Por otro lado, la rodilla, encargada de soportar todo el peso del cuerpo en el despegue y recepción de saltos, es una de las que más sufre traumatismos. La lesión más reconocida por las personas, debido a que muchos deportistas se han visto en la obligación de retirarse por un tiempo debido a ella, es la ruptura del ligamento cruzado anterior.

“El ligamento cruzado anterior es el que conecta el hueso conocido como tibia, el cual soporta la mayor cantidad de peso en la parte inferior de la pierna, con el muslo (fémur). Su función es mantener la estabilidad de la rodilla y evitar que la pierna se mueva hacia delante o hacia atrás cuando se somete a un esfuerzo”, explica el doctor Ernesto Martínez Lema, médico cirujano y especialista en traumatología y ortopedia. 

La ruptura de este ligamento puede ocurrir cuando el lado interno o externo de la rodilla es golpeado fuertemente. Usualmente ocurre al practicar deportes de contacto. De igual forma, puede ser causada al torcer violentamente la rodilla teniendo el pie apoyado firmemente sobre el suelo, extender demasiado la rodilla, detenerse bruscamente o cambiar repentinamente de dirección cuando el jugador va corriendo.

Por otra parte, el tobillo es una articulación que se encuentra rodeada por múltiples tendones, lo que quiere decir que es una zona que carece de tejido muscular y su única medida de protección es la piel que la rodea. Por esta razón, está altamente susceptible a presentar lesiones graves. La más frecuente es el esguince de tobillo.

“Un esguince de tobillo hace referencia a un desgarro de los ligamentos. Está lesión ocurre de forma más común en la parte externa o lateral de la articulación. Ocurre cuando el pie gira por debajo del tobillo o la pierna; puede presentarse hinchazón y hemorragia debajo de la piel. Es muy común en los deportes que implican saltos, ya que el jugador puede caer y doblarse el tobillo o pisar el pie de un oponente”, afirma el doctor Luis Fernando Rodríguez, también médico cirujano y especialista en traumatología y ortopedia.

Medidas para prevenir lesiones deportivas

Realizar un reconocimiento médico previo al ejercicio, que permita destacar los problemas de salud que aumentan el riesgo de complicaciones médicas.

- Evitar periodos exhaustivos de juego o entrenamiento, ya que la fatiga predispone a las lesiones y es un límite del que no se debe abusar.

- Preparar periodos de calentamiento suficiente, sin olvidar los estiramientos para la fase de enfriamiento.

- Establecer periodos de recuperación adecuados después de los entrenamientos y competiciones intensivas.

- Adquirir una técnica apropiada y corregir algunos gestos deportivos como por ejemplo la caída de un salto.

La función de cualquier técnico, entrenador y especialistas involucrados en algún tipo de disciplina deportiva es disminuir el riesgo, y si la lesión ya se ha producido, debe evitar el agravamiento de la misma y proveer el tratamiento adecuada de acuerdo al tipo de traumatismo y paciente.  Los desafíos de la medicina deportiva son lograr recuperar al jugador en el menor tiempo posible y que de ser operado muestre mínimas secuelas de su lesión.

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