Frases que debes evitar decir en tu matrimonio
Unirse en matrimonio con la persona que amas no garantiza que vas a vivir en plena armonía y que jamás vas a salir lastimado por un acto o una palabra que proceda de tu pareja.
Unirse en matrimonio con la persona que amas no garantiza que vas a vivir en plena armonía y que jamás vas a salir lastimado por un acto o una palabra que proceda de tu pareja.
Es más, la posibilidad va en aumento si tomas en cuenta que la convivencia diaria carga un poco el ambiente, generando en ocasiones que ambos cometan actos de imprudencia a causa de la monotonía; esto definitivamente deteriora la relación marital.
Los daños ocasionados a la pareja pueden resultar irreparables y, a la larga, puede llevarlos a muchos conflictos.
1. No haces nada para cambiar
Antes de soltar esa expresión, piensa si tú has hecho algo para mejorar como persona y si eso siempre es visible para tu pareja. Esto es lo único que “quizás” podría darte el derecho de juzgar si tu esposa ha cambiado para bien o para mal. Toma en cuenta que si ella hace algo que a ti no te agrada, uno de tus deberes como esposo es ayudarla a que ella llegue a ser una mejor versión de sí misma.
2. Haz lo que te dé la gana
Es una frase pesada, que por lo general se suelta sin más en medio de una discusión. Antes de decirla piensa si en realidad deseas que ella haga lo que quiera. No dejes que la frustración te gane, no lleves a tu esposa a hacer algo que no quieres que haga.
Siempre se gana más si se guarda la calma y exponen las cosas de manera clara y organizada, sin ofender y sin retar a nadie. Con respuestas de ese tipo solo saldrá perdiendo el matrimonio.
3. Elige: Tu familia o yo
Esto ya es algo más delicado. El amor que ella siente por ti, no es igual al que siente por su familia, así que no lo pongas en la misma línea comparativa. Que ella pase un tiempo agradable con sus seres amados no quiere decir que no disfrute de igual manera el que pasa contigo.
Que a su madre, hermana o incluso a su padre le consulte cosas que no comparte contigo, no quiere decir que te excluya, ¿qué sabes tú sí está preparándote alguna sorpresa? No sientas esas relaciones como impertinentes, porque no lo son.
4. Ya no cuidas de ti
Convengamos algo: lo has pensado y no está mal que así lo hagas, pero antes de decirlo sin más, piensa en las razones por las cuales ella ya no cuida tanto de sí como antes de casarse. Tal vez ya no le quede tiempo entre los oficios de la casa, los niños y tantas otras cosas.
En lugar de lanzar la expresión como un reproche, sé sutil al expresárselo, regálale maquillaje o un vestido bonito, alguna joya de bisutería que le haga sentirse coqueta, algo que le haga entender el mensaje que quieres enviarle. Recuerda que si la amas, no la ofenderás.
5. Es que eres tan (término despectivo)
Esto ya no tiene ningún tipo de excusa y desde todo punto de vista raya con maltrato verbal. Sea como sea, ofender a tu esposa con un calificativo que la rebaje, solo la lastimará y, cuando reacciones a lo que has dicho, el daño ya estará hecho. De nuevo, la única solución es no actuar ni decir algo grosero bajo el influjo del enojo, respira profundo, tranquilízate y luego di lo que piensas con sutileza.
Algo que mejorará mucho la relación es que nunca olvides que debes tratar a tu esposa como deseas ser tratado, pues aplica a la inversa. Es solo cuestión de ser dueño de lo que se piensa y luego se dice.
DS / Interlatin.com