Potencia tu Chi sexual

En Asia, más allá del placer que puede aportar una sexualidad abierta, lo que prima son los beneficios para la salud.

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En Asia, más allá del placer que puede aportar una sexualidad abierta, lo que prima son los beneficios para la salud.

Así, la gimnasia de la salud ancestral, el Qi Gong, ofrece todo un abanico de posturas para facilitar la circulación de la energía sexual. "Toda la atención que prestamos a nuestra sexualidad reposa sobre una buena gestión del Chi, nuestra energía vital", afirma Yves Réquéna, doctor en medicina y fundador del Instituto Europeo de Qi Gong. ¡Descubre los beneficios que esta gimnasia ancestral puede aportar a tu sexualidad!


Qi Gong, una clave de salud
Fuente de vida, el sexo también es un factor de felicidad. Para los taoístas, tanto el exceso como la renuncia son contrarios a las leyes naturales. "La cuestión ya no gira en torno a las posturas para estimular la libido, sino a la energía que dedicamos. De su buen uso depende nuestra salud", insiste Yves Réquéna.

La sexualidad se basa, tradicionalmente, en la unión de los sexos opuestos, del principio masculino y femenino, del yin y el yang, que, asociados, permiten una libre circulación del Chi. Para que la sexualidad sea realmente "energética", es decir, que nuestros encuentros nos regeneren, es necesario un verdadero entendimiento entre los amantes.

Energía sexual: los órganos en juego
"Mueve bien las caderas", se cuentan a veces las chicas. Una expresión nada anodina cuando sabemos que el vigor de nuestros abrazos toma su fuente en los riñones y, más específicamente, en los surrenales. "La energía del riñón es especialmente importante para la libido", confirma Yves Réquéna. ¡Una debilidad de la energía del riñón y adiós a la locura del orgasmo! En el origen de los problemas a menudo se encuentran los estados de agotamiento psíquico e intelectual. Así que, ¡a divertirse!

En este equilibrio a menudo frágil que rige nuestra libido y nuestro entusiasmo, entran en juego otras funciones. "El meridiano del hígado es responsable de una buena vascularización del útero en la mujer y de los cuerpos cavernosos en el hombre", añade Yves Réquéna.

¡Ya ves si es importante! Un desequilibrio energético puede resultar en dolores durante la penetración en la mujer y problemas sexuales de tipo mecánico en el hombre. Un exceso de alcohol, de estrés y de tabaco puede jugarnos una mala pasada.

También hay que tener cuidado con el páncreas. Es muy reconocible, ya que suele ir acompañado de pensamientos mentales que dejan poco espacio al placer. Así que hay que vigilarlo de cerca si queremos liberar nuestro espíritu orgásmico.

El Qi Gong al rescate
Algunas posturas de Qi Gong, una gimnasia ancestral china, permiten reequilibrar la circulación de la energía en los meridianos. Herramienta de salud al mismo nivel que la acupuntura o la fitoterapia, practicarla con regularidad comporta un aumento de la energía vital, que se traduce en una sexualidad más satisfactoria. Es sabido que una buena tonicidad sexual abre la vía al placer y a la osadía de nuestro espíritu, a los que nos invita nuestro cuerpo, y viceversa.

"Todos los Qi Gong son posibles, pero se recomienda la forma estática", afirma Yves Réquéna. Permite reforzar una zona llamada Dan Tian, que significa "el campo del elixir", donde se localiza la energía vital.

Para fortalecer los riñones: "los cuatro elefantes"

De pie, con los pies juntos, separa lo máximo posible la punta de los pies manteniendo los talones juntos. Flexiona las rodillas para descender sin inclinarte hacia delante ni arquear los riñones.

Mantén la espalda bien recta. Las manos "rodean un árbol", los brazos se redondean, con las palmas de cara al abdomen. Emiten energía en dirección del sexo. Adopta una respiración abdominal y concéntrate sobre la región Ming Men, el espacio dorsal entre los riñones. Realiza al menos diez respiraciones o aguanta hasta que la postura resulte cansada.

Para fortalecer el hígado: "El águila abre las alas"
De pie, con los pies juntos y los brazos a lo largo del cuerpo. Avanza el pie derecho mientras inspiras. Sube el brazo derecho delante de ti hacia el lado, de forma horizontal, con la palma hacia el cielo y el brazo izquierdo hacia atrás. Continúa subiendo hasta dibujar una línea vertical.

Expira mientras sigue su trayecto hacia atrás, con la palma hacia la tierra. A continuación, el brazo izquierdo inicia su ascensión hacia delante con la palma mirando al cielo. Expira. La expiración termina cuando la mano derecha está abajo y la izquierda arriba. Efectúa de 15 a 20 rotaciones, sin dificultad y sin contraer los hombros. Acto seguido, da un paso hacia delante con el pie izquierdo y empieza de nuevo.

C. Maillard

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