¿Qué hacer para superar la dispareunia?

Parece obvio decir que lo primero de todo sería identificar qué es lo que causa el dolor. Para ello, nada mejor que un especialista en la cuestión, pero tú misma puedes aprender poco a poco.

Colombia.com - Vida y Estilo
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Parece obvio decir que lo primero de todo sería identificar qué es lo que causa el dolor. Para ello, nada mejor que un especialista en la cuestión, pero tú misma puedes aprender poco a poco.

Trataremos de darte unos consejos prácticos que te serán de mucha utilidad para superar el dolor durante el coito.

Superar la dispareunia
Para empezar, insistiremos una vez más en la importancia de los juegos sexuales previos. Son mucho más importantes de lo que solemos pensar, en este caso porque ayudan decisivamente a lubricar la vagina, y por lo tanto, a eliminar una de las posibles causas del dolor, la sequedad vaginal.

En este sentido, una buena higiene y el uso de lubricantes solubles en agua también puede ser muy útil. La vaselina no se debe utilizar como lubricante, ya que no es soluble en agua y puede fomentar las infecciones vaginales.

Si crees que el dolor puede estar causado por algún producto (vaporizadores, espermicidas) que te provoque una reacción alérgica, deja de usarlo inmediatamente.

La penetración posterior (el hombre detrás de la mujer) evita la presión en la uretra, por lo que puede ser una buena manera de reducir el dolor.

Si el dolor en las relaciones aparece después de un parto, lo más aconsejable es llevar a cabo un cierto reposo, de aproximadamente seis semanas tras el nacimiento del bebé, para reanudar la actividad sexual.

Los antibióticos serán el camino más recomendable en caso de que el dolor aparezca debido a alguna infección, y en este caso, lo mejor es que consultes con el médico.

Movidas por un cierto sentimiento de vergüenza, algunas mujeres prefieren resignarse al dolor y perpetuar el problema antes que acudir a la consulta del médico. Pero comprenderás que no es la mejor manera de afrontar el problema: lo mejor es perder el miedo, pensar que el médico está acostumbrado a ver cada día casos así y ponerse en sus manos. Tu médico te preguntará cuándo y cómo comenzaron los síntomas, antes de realizar un examen pélvico y, muy probablemente, un análisis de orina.

En caso de que el problema surja por falta de estrógenos, puede ser muy recomendable la terapia de sustitución hormonal, es decir, tomar estrógeno o progestina para ayudar a corregir los niveles hormonales que se han alterado.

Los lubricantes vaginales y las cremas de estrógeno también pueden ayudar a aliviar el dolor.


En el caso de que el dolor aparezca en mujeres menopáusicas, se deben utilizar lubricantes y cremas o medicamentos que contengan estrógenos, siempre de acuerdo con las prescripciones médicas. La vestibulitis vulvar, por ejemplo, suele requerir una intervención quirúrgica, pero también se puede tratar con muy buenos resultados mediante medicamentos.

Si, por el contrario, el dolor aparece debido a un problema de endometriosis, las píldoras anticonceptivas pueden ayudar a detener el desarrollo de tejido cicatricial.

Si existe inflamación y dolor en la vulva, algunos expertos recomiendan aplicar localmente una compresa húmeda con solución de acetato de aluminio diluido.

Finalmente, reseñaremos la solución quirúrgica, que se puede aplicar para tratar la endometriosis, eliminar quistes, extraer verrugas genitales o proceder a la correcta colocación de un útero inclinado, por ejemplo.

Pero si el problema nace por una causa estrictamente psicológica, debes intentar localizar la causa e ir eliminándola, bien por ti misma o con ayuda de un sexólogo o psicólogo.

Se tratará de ir perdiendo el miedo a la penetración y a las relaciones sexuales, de dejar de percibir el sexo como algo malo y doloroso y empezar a verlo libre de prejuicios como una actividad normal y placentera. Por eso es tan importante que conozcas tu propio cuerpo, y lo explores con tranquilidad, sin complejos y con la ayuda de un espejo si es necesario.

Intenta identificar cada uno de los órganos sexuales, y poco a poco, procura interiorizar la idea de que tu cuerpo es una parte inherente de tu vida. Tú (junto a tu pareja, pero también en solitario) eres la responsable de tu propio placer, la dueña de tu cuerpo. A medida que vayas siendo consciente de tu capacidad de sentir placer y te responsabilices de conseguirlo, el dolor irá desapareciendo progresivamente. Poco a poco tendrás unas relaciones sexuales más intensas y placenteras.

La terapia sexual te ayudará a relajar tus músculos pélvicos y a disfrutar más de las relaciones sexuales.

Para ello, te serán muy útiles los ejercicios de Kegel que ya hemos explicado en el capítulo anterior. Los ejercicios de focalización sensorial también pueden serte de gran ayuda.

Prevenir el dolor
¿Realmente se puede prevenir totalmente la dispareunia? Sería arriesgado afirmarlo de manera categórica, pero lo que sí se puede hacer es seguir una serie de recomendaciones que pueden ayudar a evitarla.

Casi resulta obvio destacar que debes utilizar prácticas sexuales seguras para evitar contraer una enfermedad de transmisión sexual que pueda provocar dolor o irritaciones.

Si tu compañera tiene dolores de este tipo, intenta que se relaje, que afronte la relación sexual con buen ánimo y sin miedo. Volvemos a apuntar aquí la importancia de los juegos previos a la relación sexual.

En algunos casos, la dispareunia se debe a un excesivo miedo a quedarse embarazada: en tal caso, conviene que uséis siempre métodos anticonceptivos muy fiables, para reducir la ansiedad y facilitar la relajación.

¿Sabías que?
La dispareunia es infrecuente y puntual en el hombre, y entre sus principales causas cabe destacar las inflamaciones e infecciones del glande (balanopostisis) y la próstata (prostatitis).