Mitos sobre el sexo durante el embarazo

Muchas parejas suelen tener dudas y temores respecto a la continuidad de las relaciones sexuales durante el embarazo.

Colombia.com - Vida y Estilo
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Muchas parejas suelen tener dudas y temores respecto a la continuidad de las relaciones sexuales durante el embarazo.

Factores condicionantes
La influencia de las hormonas del embarazo, por una parte, los trastornos físicos que suelen presentarse durante esta época, por otra, y también los progresivos cambios corporales, que pueden ser considerados como una pérdida de atractivo erótico por la propia gestante, son factores que condicionan en mayor o menor medida la sexualidad de la mujer durante el embarazo.

En el hombre, la sexualidad también puede resultar condicionada por la modificación de la figura de la mujer, si bien no tanto porque comporte una merma de su atractivo erótico sino por poner en evidencia su condición de futura madre, lo cual a veces provoca cierta inhibición del deseo sexual. Y tanto para las mujeres embarazadas como para sus parejas hay otro factor que, aunque sin base alguna, puede perturbar la vida sexual: el temor de dañar al futuro hijo a consecuencia de las relaciones íntimas.

Temores infundados
Si el embarazo se desarrolla con normalidad y no surgen complicaciones específicas, la práctica del coito no supone riesgos para el bienestar del niño, bien protegido dentro del útero materno.

El feto flota en el líquido amniótico y está rodeado por unas membranas que, durante la penetración, resisten perfectamente los empujes del pene sobre el cuello del útero, sellado por un tapón mucoso que elimina todo peligro de contaminación externa. Incluso el ángulo de la vagina, con independencia de la postura que se adopte al realizar el coito, guía al pene en una dirección que lo aleja del cuerpo del útero, el alojamiento del futuro niño.

Mientras no aparezcan signos que evidencien un problema concreto y que siempre exigen una pronta consulta médica, como hemorragias vaginales o dolores abdominales, no existen razones fundadas para temer que las relaciones sexuales puedan resultar perjudiciales para el bebé.