Razones para darle una segunda oportunidad a tu ex

Dicen que las segundas partes son sólo una mala copia de las primeras; sin embargo, esto no necesariamente es cierto. 

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Dicen que las segundas partes son sólo una mala copia de las primeras; sin embargo, esto no necesariamente es cierto. 

Quienes se oponen a las segundas partes quizá están pasando por alto los beneficios indiscutibles que se ocultan en ellas: saber qué caminos no tomar en la renovada relación, cuáles vale la pena seguir transitando, tener, a diferencia de la vez anterior, la madurez, la experiencia y la conciencia de las decisiones que estamos tomando.

Si ese es tu caso, entonces quizá es hora de que te diga tres razones por las que debes darle una segunda oportunidad.

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Tres luces que tienen que seguirse en las segundas partes:

1. Si quieres regresar es porque realmente le amas
Ya viviste sin él o ella, ya adquiriste nuevas experiencias y te diste la oportunidad de sanar; si después de todo ese largo andar quieres regresar, eso muestra que los sentimientos son auténticos y valiosos para ti. Aunque hay un detalle: es importante que haya pasado realmente el tiempo, porque el ir y venir no cuenta, por el contrario, nada más habla de los problemas de la relación.

2. Se conocen y se aceptan
La parte más difícil de una relación es conocerse y aun así no querer salir corriendo. Si ya estuviste con esa persona, lo lógico es pensar que sabes lo bueno y lo malo que trae consigo, y volver es la prueba máxima de que no sólo sabes quién es, sino que lo aceptas tal como es.

3. No se ven como una pareja pasajera
La experiencia previa los pone en una situación en que no se miran el uno al otro como extraños que deben conocerse. No tienen que fingir para agradarse, pues ya superaron ese punto y, por consiguiente, saben que la persona que tienen enfrente es con quien quieren estar.

Como consejo final, sin embargo, debes saber que el error más común y que finalmente termina por agotar las buenas intenciones, las ganas y el triunfo de la reconciliación, es no haber entendido lo que se hizo mal, aceptar las responsabilidades y transformarse, porque las personas no cambian, se cambian, y quien no entienda el significado de eso seguirá tropezando con las mismas piedras, sin importar cuántas veces lo intente. Y de esas caídas resulta bastante complicado levantarse, y sanar.

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