Oración a San Alejo, patrono de las personas pobres y desamparadas, para alejar a las malas personas

San Alejo, reconocido por la Iglesia Católica como el patrono de los mendigos y vagabundos, perteneció a una familia de la nobleza romana con mucho dinero y poder; sin embargo, eligió consagrarse a Dios y vivir de la limosna para cumplir con un propósito divino.

Desde muy joven, sus padres le enseñaron con el ejemplo y la palabra que debía compartir su riqueza con los más necesitados y ayudar a los pobres. Ellos tenían claro que dichos actos de servicio se convertían en tesoros para el cielo y servían para borrar pecados.

A sus cortos 20 años, San Alejo se dio cuenta de que vivía en una sociedad mundana que ponía en peligro su alma, por lo que decidió huir de casa y vivir en Siria como un vagabundo. Allí se dedicó a lo largo de 17 años a la adoración y la penitencia. 

Luego de este tiempo, tuvo que regresar a Roma, donde fue contratado por su propia familia sin saberlo para realizar los trabajos más humillantes. Allí pasó otros 17 años viviendo debajo de unas escaleras hasta que enfermó y tomó valor para confesarle a su familia que era el hijo perdido. 

Tras su muerte, este santo comenzó a realizar múltiples milagros a quienes se encomendaban a él, sobre todo a los más necesitados. En Roma, construyeron un templo en su honor y eligieron el 17 de julio para celebrar su onomástica.

Oración a San Alejo, patrono de los mendigos y vagabundos

En el nombre del padre, del hijo, del Espíritu Santo, amén.

San Alejo bendito que alejas a las personas que no le convienen a mi vida, te pido hoy que me permitas tu protección a mí y a mi familia, que por medio de ti puedas pedirle a nuestro Señor Dios su bendición para todos nosotros.

Rodéame a mí y a mi familia de las personas que están bajo tu condición y tus parámetros, personas que desees acercarse día a día más a ti y que no piensen en ningún mal ni sostengan envidia o rencor en su corazón.

San Alejo, te pido para que hagas ciega, sorda y muda a toda alma que no anhele el bien para mí o para los que me rodean.

Baja la guardia de cualquier corazón que se encuentre a mi alrededor y llénalo de amor a la hora que se vaya a acercar a mí o a cualquier persona de mi familia para que no nos rodee ningún tipo de inconveniente, mal deseo o resentimiento.

Dios Santo, tú que eres dueño de todas las almas y corazones que se encuentran en este mundo, aplácalos cuando se encuentren cerca de mí y haz que en tu presencia todo mal deseo, se vuelva bendición.

Por medio de tu intersección, San Alejo Bendito, pide a Dios por mi protección y la de todos los que me rodean, para que nos cubra con su manto y amor. Aléjame del enemigo, del mentiroso, del traidor, del cizañero, de las magias o de cualquier persona que tenga mala energía para ir en tu dirección. Aléjame de todo aquel que me quiera ver rendido o hundido, Santo de mi devoción. En nombre de Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.