Por: Redacción Vida y Estilo • Colombia.com

Oración a la Virgen de la Luz para poder pagar tus deudas

Cuando atravieses por dificultades económicas puedes rezar a la Virgen de la Luz; hoy te enseñamos una oración para pedir su ayuda y poder pagar todas tus deudas.

Oración para recibir ayuda económica: reza para poder pagar tus deudas. Foto: Shutterstock
Oración para recibir ayuda económica: reza para poder pagar tus deudas. Foto: Shutterstock

Cuando atravieses por dificultades económicas puedes rezar a la Virgen de la Luz; hoy te enseñamos una oración para pedir su ayuda y poder pagar todas tus deudas.

Nuestra Señora de la Luz o la Virgen de la Luz, es una advocación de la Virgen María que surgió en Palermo, Italia, luego de que una monja tuviera una visión en donde la Madre de Jesús se presentaba tal cual como deseaba ser plasmada y recordada, en una imagen en la que se le ve tratando de no caer a las fauces de un espíritu maligno, mientras sostiene su alma y a su Hijo.

Fueron los jesuitas los encargados de difundir su fe en la Virgen de la Luz por el continente americano, y desde ese momento son muchas las personas que se encomiendan a ella en las situaciones más difíciles; hoy te enseñamos una oración con la que podrás solicitar su ayuda para poder pagar todas tus deudas y superar tus dificultades económicas, compartida por el portal ‘Oraciones de los Santos’.

Oración para pagar deudas

Señora mía, Madre Inmaculada, Templo del Señor y Sagrario de la Divinidad, gloriosísima y siempre amada Virgen de la Luz, portadora de la primera Luz, que es Cristo, os pedimos que iluminéis nuestras tinieblas, que deis luz a nuestras fatigas y adversidades.

María, Virgen de la Luz, ¡la más amable, la más bondadosa por la ternura de vuestro corazón! ¡oh piedad, oh protección de María!, tened compasión de nosotros que con inmensa fe os buscamos y acudimos pidiendo vuestro patrocinio y luz para salir de las penas y dificultades, de las oscuridades que nos afligen e inquietan.

Santísima Virgen María, clemente e indulgente, oh mi muy bendita nuestra Señora de la Luz, excelsa patrona de pueblos y ciudades, abogada y protectora de grandes y pequeños, que hacéis brillar vuestra misericordia entre los hombres y no dejáis de ser nuestra estrella y mejor guía, mediad por nosotros, ayudadnos, vos que sois nuestra luz en la noche y en el día, vos que sois el faro luminoso que nos alumbra y nos saca de las tinieblas y las desventuras, no dejéis de atender nuestras suplicas.

Vos que distribuís las gracias y favores para socorrer a los necesitados, vos que en las duras luchas de la vida nos escucháis afectuosamente cuando os llamamos y dais solución a las aflicciones que nos rodean regaladnos vuestra piadosísima compasión y no dejéis de atender maternalmente nuestras suplicas.

Vos, Soberana Señora, Virgen Inmaculada, que os complacéis en ser para nosotros dulce Madre, amparo, alivio y consuelo, y que nos tratáis como hijos muy amados, alcanzadnos, os rogamos, rápida solución en nuestras desesperadas necesidades económicas para que podamos hacer frente a todo lo que nos desasosiega, a nuestras ruinas, carencias, pagos y deudas, a los problemas que cada vez nos agobian más, sobre todo tendednos vuestras milagrosas manos en: (di el problema que tienes y lo que quieres conseguir).

Nuestra Señora de la Luz, vos sois la estrella más brillante del Cielo, nuestra madre amorosa, por ello os rogamos, desde lo más profundo de nuestro ser, que desterréis la incertidumbre que nos inunda, Madre iluminadnos y bendecidnos desde las alturas, no dejéis que las dificultades nos abatan, e infundid en nuestros corazones el mismo espíritu de fe, esperanza y caridad, que vos tuvisteis.

Haced también que por vuestra mediación nos miremos todos como hermanos, herederos de unos mismos bienes y promesas. El Cielo y la Tierra, los hombres y los ángeles bendigan para siempre vuestra mano compasiva y la multitud de vuestras excelencias, y haced que reconozcamos más y más la soberanía de vuestro Hijo Divino, que vive y reina con Dios Padre, en unidad del Espíritu Santo, Dios por todos los siglos de los siglos. Amén.