Extirpación de las bolas de Bichat, una cirugía estética que aumenta todos los días

La bichectomía es una cirugía que se convirtió no solo en la moda de los famosos sino también de aquellos que no se sienten conformes con la apariencia de su rostro, porque verse como los más reconocidos o siguiendo lo que dicta la temporada, es la razón que a muchos motiva.

La prisa por unos pómulos bien definidos, parece ser la constante en quienes asientan los cánones de la moda, las redes sociales han contribuido con ello porque lo que unos lucen quiere ser imitado por otros, de manera que, si un actor o cantante famoso aparece luciendo un afilado rostro, sus pares quieren hacer lo mismo.

Las redes sociales son usadas por personalidades para mostrar casi que a diario su aspecto y muchos quieren imitarlos y para ello, las cirugías estéticas son la respuesta, pero no solo la imitación es la causa de que cada día la operación de las bolas de Bichat sea más común.

Si antes tener cachetes era sinónimo de salud y belleza, actualmente es un atentado contra la estética, según los parámetros que se imponen en los medios de comunicación y que encontraron en las redes sociales su meca. Hombres y mujeres no desean mostrar más una cara abultada, con cachetes o como peyorativamente se rotuló como “cara de papa”.

La delgadez es el concepto más elevado dentro de la estética corporal moderna y unos pómulos bien definidos son ideales para quienes quieren verse actuales, pero esto solo se logra con la bichectomía, una cirugía de extirpación de las bolas de Bichet.

Las bolas de Bichat son unas bolsas de tejido adiposo que se encuentran bajo los pómulos y que sirven como amortiguador de los músculos faciales y que, al extirparlas, permiten que los pómulos se definan dando al rostro un aspecto más estético.

Deben su nombre al médico que las identificó, Xavier Bichat, quien descubrió e identificó como responsables en el acto de la alimentación en los recién nacidos.

La intervención quirúrgica para extirparlas no es tan invasiva pero no es una cirugía menor, toma cerca de una hora y puede tener anestesia local, pero a pesar de ello, varios profesionales de la salud denuncian sus posibles consecuencias y no la recomiendan porque pueden ocasionar daños en los nervios de la cara e incluso pueden degenerar en la pérdida de los movimientos de la misma.

Los riesgos de esta cirugía, además de los anteriores, están fundamentados en la posibilidad de obstruir o desviar el canal de la saliva y puede resultar contraproducente porque muchos la realizan para mostrar un aspecto juvenil, pero irónicamente puede acelerar el proceso de envejecimiento prematuro.
Cada cirugía es una decisión personal en favor de la estética, pero hay que ser conscientes de los riesgos que pueden implicar para la salud.