Conozca los cuatro códigos de limpieza que utilizan los colombianos

Entre las diferentes culturas los hábitos de limpieza y la atención prestada a la misma, varia. América Latina se destaca por ser un continente que tiene apropiada la limpieza como un ritual característico de su cultura y costumbres, visible tanto en la presentación personal como de espacios. Por esta razón, existen algunos códigos impresos en las percepciones de las personas, convirtiéndose en los indicadores que ofrecen una primera impresión o concepto de pulcritud y orden.

Te puede interesar: ¿Los padres pueden ser tóxicos para sus hijos?

El aspecto de la ropa que portamos en definitiva denota no solo nuestro carácter o estado anímico, sino también qué tan profesional, confiables y hasta saludables somos. Debido a lo anterior encontramos diversos hábitos de lavado, entre ellos el famoso y tan arraigado prelavado en la cultura colombiana, y truquitos como lavar la ropa al revés para mantener los colores y cuidar los materiales, o añadir productos caseros para quitar manchas o desinfectar, aquí vienen de nuevo los tan populares vinagre y bicarbonato.

Los colombianos siempre buscan los mejores productos de limpieza para el tratamiento de sus prendas, según estudio realizado por Nielsen, las personas demandan un balance entre precio/valor, aunque el 67% antepone el segundo factor.

A continuación, encuentra los cuatro códigos de limpieza más comunes que a pesar de ser mitos o realidades, los percibimos como tal.

1. “Si no hace espuma no limpia bien”: Según la encuesta realizada, el 89% prefiere el detergente en polvo para lavar. Adicionalmente, demuestra que, a mayor cantidad de espuma generada por un detergente, mayor es la percepción de limpieza y/o efectividad; lo mismo sucede con el olor.

Sensorialmente, asociamos la espuma y el olor como signos de limpieza, debido a que el cerebro reacciona a las texturas, olores y estímulos visuales generados por productos de limpieza u otros que tienen como fin prolongar el olor y sensación de suavidad en las prendas. Dichos estímulos también responden a percepciones de salubridad, tanto en ambientes como en personas.

2. “Si no huele a rico no está limpio”: Sin duda alguna, los olores median las interacciones sociales y cómo nos relacionamos con el exterior. Según la Sociología del Olor, el olfato es un sentido que marca límites, denota estatus, es una técnica para dejar una buena impresión, avivan recuerdos, despiertan el apetito y también es una señal de peligro.

Dado lo anterior, el uso de productos con aroma de larga duración en el país se ha incrementado. El 86% de los hogares colombianos incorpora a sus hábitos de lavado detergentes con olor. Según la misma encuesta de Alimentos Polar, el olor es el aspecto que más se valora al momento de adquirir un producto para el lavado, seguido de la capacidad para quitar la mugre. Igualmente se estableció que, en los hábitos de lavado, el uso de suavizante responde al olor.

3. “Que a simple vista no se vean signos de suciedad”: Percibir prendas desgastadas, exceso de motas o que contengan manchas a simple vista, son factores que no resultan agradables, pueden expresar descuido o malos hábitos de limpieza. Por este motivo, el 65% de los colombianos buscan detergentes que sean de fácil enjuague para evitar residuos de jabón, alarguen la vida útil de su ropa y contengan químicos amigables al contacto con las prendas. Además, también evalúan que contenga componentes que ayuden a cuidar las fibras de las telas sin invertir en productos adicionales.

4. “Entre más uso, disminuye la percepción de limpieza”: El uso repetido de una prenda implica un lavado frecuente, lo cual se asocia a un mayor desgaste de las telas, por tal motivo algunas personas evitan usar su ropa favorita continuamente. No obstante, más que el “exceso” de lavado, lo anterior sucede al no usar detergentes idóneos para las necesidades específicas de las prendas y selección apropiada de colores o telas. 

El uso de colores oscuros, como el negro, azul oscuro, café, entre otros, ayudan a disminuir las veces de lavado, ya que a simple vista lucen limpias, lo mismo ocurre con algunos materiales, como el cuero, lino, lana y fibras acrílicas que, dependiendo del uso, las personas saben en qué momento es justo que vuelvan a la lavadora o a manos expertas.

Te puede interesar:

Colombia.com