Texas: Las mujeres están tomado las armas como herramientas de empoderamiento femenino
Hay una latente controversia por el deliberado acceso a las armas de fuego en Estados Unidos.
Hay una latente controversia por el deliberado acceso a las armas de fuego en Estados Unidos.
En fechas recientes, el acceso a las armas de fuego en Estados Unidos ha sido un tema que ha mantenido dividida a la población. Hay quienes piensan que facilitar su acceso solo ayudará a acrecentar las estadísticas de asesinatos, mientras que otros sostienen que las armas de fuego son una herramienta de defensa personal.
Este es el caso de Cindy Scott, una mujer norteamericana de 61 años que ha representado la posición de que las armas pueden ser usadas como instrumentos de empoderamiento femenino por el contexto en el que creció, mismo que la llevó a aprender a disparar hace algunas décadas para mantener su seguridad.
En la actualidad, el estado de Texas es uno de los que tiene políticas más flexibles respecto al porte legal de armas, la defensa de este derecho está basada en la Segunda Enmienda de la Constitución, que establece que: «Siendo necesaria una Milicia bien regulada para la seguridad de un Estado libre, el derecho del pueblo a poseer y portar armas no será infringido».
Según Scott, quienes están en contra del uso legal de las armas para todos son los que mayor capacidad adquisitiva tienen, por lo que están resguardados bajo la protección de otras personas y no piensan en nadie más.
"La mayoría de los que defienden las restricciones al acceso a las armas tienen dinero y guardaespaldas. Ellos viven en áreas bordeadas por muros y rejas. Están en un lugar desde el cual no pueden comprender al ciudadano promedio", indica.
La mujer sostiene que el uso de estas herramientas es necesario para tener derecho a defenderse: "Si le vas a prohibir las armas a ciudadanos que cumplen las leyes, les quitas su posibilidad de defenderse".
Según su testimonio, Scott comenzó a tener un acercamiento con las armas cuando empezó a ver un aumento en la inseguridad en su ciudad y pasaba muchas horas sola al cuidado de su hijo mientras su esposo trabajaba.
Al percatarse de esto, varios padres de compañeros de su hijo decidieron enseñarle a disparar. Ella vio en esta práctica una alternativa de protección, por lo que decidió tomar clases profesionales; sin embargo, afirma que le costó mucho conseguir una instructora mujer.
Aunque para ella fue intimidante estar rodeada de hombres en las clases de tiro, años más tarde tomó la valentía y se convirtió en instructora para ayudar a más mujeres a empoderarse y dejar el miedo a un lado: "Comencé a recibir llamadas de mujeres que se estaban divorciando, que pidieron órdenes de restricción o enviudaron", contó.
Scott afirma que las mujeres sienten la necesidad de adquirir un arma cuando ya no ven a su lado un hombre o cuando presencian alguna situación de hurto: "Siempre es por seguridad. Nunca les ha tocado vivir solas".
Su conclusión es que aunque este “aún es un mundo de hombres”, ver agrupaciones de mujeres empoderadas como “Una chica y un arma” es un paso firme para evitar ataques y asesinatos a mujeres. “La meta es que nunca tengamos que usarlas (…) pero es mejor estar preparada”, puntualiza.