Por: Redacción Vida y Estilo • Colombia.com

Navidad: oración para agradecer el 24 de diciembre por las bendiciones del año

Hoy te enseñamos una hermosa oración de agradecimiento por todas las bendiciones que has recibido en el año; debes rezarla el 24 de diciembre, día de la Navidad, frente al pesebre.

Oración para Navidad: reza el 24 de diciembre para agradecer por las bendiciones recibidas. Foto: Shutterstock
Oración para Navidad: reza el 24 de diciembre para agradecer por las bendiciones recibidas. Foto: Shutterstock

Hoy te enseñamos una hermosa oración de agradecimiento por todas las bendiciones que has recibido en el año; debes rezarla el 24 de diciembre, día de la Navidad, frente al pesebre.

Este 24 de diciembre es un día especial para numerosas personas en diferentes lugares del mundo, pues es la popular celebración de la Navidad; y aunque suele celebrarse de diversas maneras según la cultura, su significado sigue siendo el mismo, pues es un momento de alegría y amor en el que es común compartir con los seres queridos.

Precisamente, en algunas zonas como Colombia, es una tradición, además de armar un árbol navideño, adecuar también un pesebre para esperar el nacimiento de Jesús, un elemento muy importante para quienes practican la religión.

Precisamente, si eres un fiel creyente, puedes aprovechar esta fecha especial para hacer tus oraciones frente al pesebre, para comunicarte con Dios; hoy, de hecho, te enseñamos una oración, compartida por el portal ‘Catholic Link’, que puedes dedicarle, con el fin de agradecer por todas aquellas bendiciones que han llegado a tu vida este año. 

Oración para agradecer en Navidad

Esta noche Señor, me postro de rodillas y te contemplo en el pesebre. Has querido llegar a este mundo de la manera más humilde, has querido mostrarnos a todos que el mejor lugar para alojarte es un corazón sencillo. Esta noche quiero agradecerte, por todos aquellos favores que me has concedido desde el momento en que nací.

Gracias por llamarme tu hijo, por mirarme con bondad cuando solo soy miseria. Gracias por todas las veces que me has levantado, por todas las veces que me has escuchado en las frías noches en que mi corazón se hallaba roto. Gracias por el consuelo inmerecido, por las heridas y los fracasos que me hicieron más fuerte.

Gracias por cada miembro de mi familia, por las sonrisas y carcajadas, por los abrazos y las caricias. Por darme la oportunidad de recibirte una vez más en mi corazón. Ahí estás, hecho hombre, un bebé envuelto en pañales, la más dulce escena jamás antes vista. Tus manitas se extienden en esta fría noche, tu corazón palpita la Vida Eterna, tus ojos se posan sobre María, extasiada de amor, y sobre José, desbordante de alegría.

¡He aquí al Salvador, al Rey del Universo! He aquí a mi Jesús, mi dulce Jesús. Gracias por llegar aquella noche a los brazos de María, por hacerte pequeño y frágil. Esta noche solo te pido que nazcas aquí, en este corazón herido, y me permitas tenerte en brazos, tal como tu Madre lo hizo esa noche estrellada, iluminada por la bondad y el amor del Padre. ¡Aquí te espero mi Jesús, aquí te espero!