Oración a San Alejo para alejar las enfermedades

San Alejo, nacido en Roma, perteneció a una familia muy adinerada, pero se acostumbró a ser muy generoso con las personas toda su vida; cuando sus padres arreglaron su matrimonio, se convirtió en mendigo, donando incluso la limosna que recogía, y al regresar a su ciudad, pidió trabajo en la casa de sus padres, el cual le dieron pues no lograron reconocerlo.

Antes de morir entregó una carta a sus padres, contándoles cómo había vivido 17 años entre sus empleados sin ser reconocido, y algunos otros detalles de su vida. Se convirtió en santo para muchas personas, y a él suelen rezar para alejar males y negatividad; es por esta razón que puedes dedicarle una plegaria muy especial para ahuyentar las enfermedades de tu vida y de tu familia, compartida por el portal ‘Fieles a Dios’.

Oración para alejar enfermedades

¡Oh! Glorioso San Alejo Bendito, humilde servidor de los pobres, como de los más necesitados, verdadero amador de la pobreza; ¡oh! mi San Alejo, que en la flor de tu juventud, por obtener la inspiración del Señor, dejaste a tu esposa y saliste de la casa de tus Padres, habiendo repartido lo que llevabas con los pobres, acudo a tu bondadosa humildad, así como curabas a los mendigos, te pido aleja toda enfermedad, que me pueda asechar.

Te pido San Alejo, por la salud, tú que eres Santo protégenos; no nos desampares de cualquier asecho, milagroso San Alejo, acudimos a ti en este momento, en que por la enfermedad experimentamos, la fragilidad de nuestros cuerpos. Ten piedad Bendito San Alejo, de los que están sin fuerza; devuelve la salud para que queden sanos, haz efectivos los tratamientos médicos, líbrales de los efectos secundarios de la medicina, haz lo que ella no puede hacer.

Realiza un milagro de tu amor, concede la salud de su cuerpo, la paz en el alma, para que libres de toda enfermedad. Asimismo, que puedan recobrar sus fuerzas, para que entonces puedan servirse mejor a ti, como a nuestros hermanos.

Mi bendito San Alejo divino, me presento ante ti, en mi momento más débil, porque bajo los efectos de la enfermedad he experimentado lo frágil que es mi cuerpo. Ten clemencia bajo los que se encuentran despavoridos; renueva su salud, dales fuerzas para que estén sanos, porque tú eres nuestro médico por excelencia.

Tú, que sabes llevar esta situación sin que se desborde la locura, San Alejo Bendito, manifiéstate con una bendición gloriosa de tu amor, otorgándoles la salud que su cuerpo exige, la paz que sus almas reclaman, para que recuperen todas sus fuerzas, y sigan siendo fieles a ti. Líbrales de los efectos secundarios de la medicina, haz lo que ella no puede hacer.

Realiza un milagro de tu amor, concede la salud de su cuerpo, la paz en el alma para que, libres de toda enfermedad. Asimismo, que así puedan recobrar sus fuerzas, para que entonces puedan servirse mejor a ti, como a nuestros hermanos.

Mi bendito San Alejo divino, me presento ante ti, en mi momento más débil, porque bajo los efectos de la enfermedad, he experimentado lo frágil que es mi cuerpo. Ten clemencia bajo los, que se encuentran despavoridos. Renueva su salud. Dales fuerzas para que estén sanos, porque tú eres nuestro médico por excelencia.

Tú que sabes llevar esta situación, sin que se desborde la locura. San Alejo Bendito manifiéstate, con una bendición gloriosa de tu amor. Otorgándoles la salud que su cuerpo, exige la paz que sus almas reclaman, para que recuperen todas sus fuerzas, asimismo sigan siendo fieles a ti.

Quebranta el poder del enemigo; abre los ojos de los hijos, para que devuelvan la mirada a sus padres, que pueda quedar atrás toda división familiar. Te aclamo para que sanes a los niños que en estos momentos estén sufriendo en los hospitales; sana a aquellas personas que estén sufriendo de alguna aflicción, permite que no puedan atentar contra sus vidas.

Especialmente en este día, te pedimos nos des la fuerza, como endereza; danos paz multiplicando la alegría de este ser querido. Regálale sanidad completa a su cuerpo, ¡Oh! Bendito San Alejo, en este momento; te pido que seas tú, llevándote toda enfermedad, haciendo que esa persona que se encuentre delicada de salud pueda estar bien nuevamente.

Sabes que no quiero ver a nadie, a ninguno que yo quiera mucho, postrado en una cama, porque sé que eso realmente no me haría sentir nada bien. Haz acto de presencia en este recinto, porque sé que con tu ayuda superaremos esta situación, para poder agradecerte por los siglos de los siglos. Amén.