Oración a San Segundo por las personas que están presas
San Segundo puede ayudarte a proteger y dar fortaleza a esa persona que está en la cárcel y que hoy pones en sus manos; reza por todos los presos del mundo.
San Segundo puede ayudarte a proteger y dar fortaleza a esa persona que está en la cárcel y que hoy pones en sus manos; reza por todos los presos del mundo.
San Segundo era un soldado, la mano derecha del prefecto Sapricio, con quien se dirigía a visitar a San Marciano, quien se encontraba preso, para rendir sacrificio a los dioses; no obstante, lo abandonó para seguir su camino a Milán y demostrar su lealtad hacia la fe cristiana, luego de que un ángel le diera instrucciones a través de dicho prisionero.
En Milán, fue bautizado por San Faustino y San Jovita, quienes también habían sido sacados de la cárcel por un ángel, y regresó Terdón, donde San Marciano nuevamente había sido capturado; fue allí donde, dándose cuenta de lo que sucedía, Sapricio ordenó que se le torturara y, al ver que sus heridas le fueron curadas por un ángel, posteriormente obligó a que se le decapitara.
Es por estas experiencias por las que atravesó en vida que puedes tener la plena confianza de solicitar su intercesión cuando se trata de una persona que se encuentra presa; con la oración que hoy te enseñamos, compartida por el portal ‘Oraciones y Leyendas Piadosas’, puedes pedir su protección y que se le otorgue mucha fortaleza.
Oración por las personas que están presas
San Segundo, glorioso mártir de Dios: tú que uniste la Cruz del Salvador Jesús, obtén salud para los enfermos, consuelo para los que sufren afligidos, para los que están presos, descanso eterno para los muertos, y consuelo para las familias en duelo.
Tú que, comprendiendo y sufriendo por los que estaban encarcelados, presos, privados de libertad, siendo por causa justa o injusta, acudías a visitarlos para darles consuelo y ayuda, no dejes sin tu fortaleza a (di el nombre de la persona por la que quieres pedir) que culpable o no, merece tu ayuda, tu compasión y tu amor, y ser tratado como un ser humano.
Que sea Dios, Señor Nuestro, quién juzgue sus errores en esta vida cuando llegue su hora, como la de todo mortal en este valle de lágrimas, pero que mientras esté pagando sus deudas en esta vida terrenal (repite el nombre) sienta tu protección y esté alejado de peleas, discordias y amenazas para que pueda meditar sobre su conducta, y que por la gracia divina vuelva al camino del bien del que nunca debió alejarse.
Glorioso santo, los presos viven en un mundo marginal en el que más que aprender el camino de la reinserción social, son provocados constantemente para volver a caer en el error, que sea tu bendita presencia y compañía la que haga que (repite el nombre) regrese al camino de la verdad y la vida honrada. Su familia, amigos, compañeros, le enviamos, junto contigo, el deseo de que sea libre de malas influencias, de maldades, traiciones y malos tratos.
Que con estas buenas influencias su cuerpo y su alma, recuperen el equilibrio y sea posible que, en poco tiempo, arrepentido de sus malos actos, pueda recuperar su libertad y sea como la oveja que vuelve al redil para vivir una vida constructiva, honesta y libre de todo mal.
Oh Dios, escucha nuestras súplicas, porque esperamos en tu misericordia: por intercesión del santo mártir Segundo, que nos des tu paternal auxilio. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que es Dios, y vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, para todos los siglos de los siglos. Amén.