Oración a Santa Apolonia de Alejandría para calmar el dolor de dientes y muelas

Santa Apolonia de Alejandría, a quien se le recuerda cada 09 de febrero, nació en una familia privilegiada que siempre le inculcó la fe, fue por este motivo que decidió no casarse para entregarse por completo a Dios; en vida, realizó todo tipo de obras y le fue completamente fiel a sus creencias y convicciones.

No obstante, en dicha época las persecuciones contra los cristianos fueron muy fuertes, y fue así como terminó encarcelada, donde la torturaron tumbándole cruelmente sus dientes antes de morir en la hoguera; es por esta razón que a esta santa puedes recurrir cuando tengas dolores en dientes o muelas, con la oración que aquí te enseñamos, compartida por el portal ‘Oraciones del mundo’.

Oración para calmar el dolor de dientes

Gloriosa Santa Apolonia, virgen y mártir, abogada de los males de dientes, puesta mi devoción a vuestros pies, atendiendo al mal que ahora aflige mi corazón, os suplico y ruego consigáis de mi Dios y Señor lo que deseo y pido en esta plegaria, si es para gloria suya y honra vuestra; y si no, dirigid mi súplica al Altísimo para alcanzar aquello que sea más conveniente al provecho de mi alma.

Gloriosísima virgen y mártir Santa Apolonia, que para ser verdadera imagen de nuestro Redentor merecisteis la palma del martirio en una hoguera, alcanzadme, oh gran abogada y protectora mía, de mi Dios y Señor que, imitando vuestra fortaleza y constancia, calme mis deseos para el mundo, como el Apóstol, viviendo en él como peregrino que camina a su patria. Y que la soberana Providencia me mantenga en el estado de alerta, porque puede ofrecerme el mundo, enemigo común de los humanos, tropiezos y lazos para detenerme y hacerme caer en el abismo de la culpa.

Te suplico, oh preciosísima virgen y mártir, consigáis de vuestro celestial Esposo y Dios y Señor mío, que me asista con su gracia para vencer las dificultades y dolores que se me propongan, y huir de los peligros que me acechen para la felicidad de mi viaje por la vida. Y pues sois tan gran abogada de los males de dientes y muelas, asistidme siempre en ellos y aliviad mis sufrimientos en todos mis trabajos.

Intercede con la Reina de los ángeles, María Santísima, Madre de Dios y Señora nuestra, como Madre que es de Misericordia, para que me mire con sus clementísimos ojos, acompañándome en aquella tan peligrosa como importante última hora, para que, libre de dolores, logre con suave quietud el fin para que fui creado en compañía suya, vuestra y de todos los santos y santas de la Corte celestial. Os suplico que aplaquéis los males que me aquejan, calmando los dolores que tanto me afligen y mal me causan. Amén.