Oración a Santa Balbina para sanar heridas, llagas y acné

San Balbina fue una virgen romana que siempre se caracterizó por su gran belleza, no obstante, su padre, Quirino, era un carcelero que, por órdenes del gobernador de Roma, tenía en cautiverio al Papa Alejandro, motivo por el cual el Señor quiso castigarlo a través de su pequeña hija, condenándola a padecer el mal de “lamparones” que la dejó enferma y desfigurada.

Siendo consciente de los milagros que se le atribuían a San Alejandro, Quirino se acercó a él y le rogó que curara a su hija y él prometía aceptar la conversión al cristianismo, si esto sucedía; fue así como el Papa Alejandro la tocó con las cadenas de San Pedro y Dios le devolvió su belleza, enviando también un ángel a anunciarle que debía guardar su virginal pureza para Él, y serle siempre fiel, lo cual cumplió al pie de la letra.

Teniendo en cuenta la forma en la que esta santa fue curada de todas aquellas lesiones que tenía en su cuerpo, puedes encomendarte a ella cuando tú también tengas heridas, llagas, acné o cualquier problema cutáneo que deseas sea sanado en su totalidad; hoy te dejamos una oración para ello, compartida por el portal ‘Oraciones y Leyendas Piadosas’.

Oración para curar heridas, llagas y acné

Gloriosa Santa Balbina, hermosa mujer romana que viste perdida tu belleza por una cruel enfermedad que enfermó y deformó tu cuerpo cubriendo tu rostro de repulsivas llagas, granos y pústulas purulentas creando en tu vida la desesperación, el dolor y la desidia.

Tú que tuviste la oportunidad de besar las benditas cadenas de San Pedro y de este modo quedaste curada por un milagro instantáneo, acude en mi ayuda y ayúdame a sanar de todo grano, pústula, acné, sarpullido, herpes y llagas, que continuamente aparecen en mi cuerpo, afeándolo y causando mi depresión.

Te ruego que seas mi intercesora ante Nuestro Señor y la Santísima Virgen para que yo, por tu bendita mediación, quede libre y curado de tan odiosa enfermedad, que ahoga mi espíritu y paraliza mi vida, acomplejándome y haciéndome sentir diferente y apartado de los demás.

Bendita mujer que, realizado el milagro en ti, aceptaste la fe cristiana, viviendo santamente, y ofreciendo tu vida en martirio para llegar a conseguir vivir eternamente en la gloria de Dios, Señor nuestro, no desdeñes hoy mí súplica.

Ayúdame a conseguir la sanación de esta enfermedad tan cruel que devasta mi cuerpo y mi espíritu, tú mejor que nadie conoces sus efectos, y el desasosiego que produce. Ruega a Dios por mí, hermosa Virgen y mártir, para que un día pueda gozar contigo de alegría de estar en el cielo junto a ti, rindiendo honores a la Trinidad Santísima. Amén.