San Zacarías y Santa Isabel, santos del día: poderosa oración por un matrimonio estable y lleno de fe

San Zacarías y Santa Isabel fueron una pareja de fieles muy  justa y piadosa que gracias a su fe, y a pesar de su infertilidad, concibieron a una edad muy avanzada a Juan el Bautista, el profeta que preparó el camino para la llegada de Jesucristo. 

Por un lado, Zacarías era sacerdote del templo de Jerusalén y servía en el santuario ofreciendo incienso y oraciones. Isabel, por su parte, era descendiente de Aarón, y compartía con su esposo una vida dedicada a la fe y a las buenas obras.

San Zacarías y Santa Isabel enfrentaron muchos problemas para embarazarse; sin embargo, una noche, Isabel recibió la visita del arcángel Gabriel, quien le anunció que se convertiría en madre de un niño que se convertiría en fiel servidor de Jesús y se llamaría Juan. 

Zacarías se mostró bastante incrédulo debido a la edad avanzada de Isabel, por lo que quedó mudo hasta el nacimiento de su hijo. Luego de que su esposa dio a luz, recuperó el habla y se dedicó a alabar a Dios con el cántico conocido como el Benedictus.

Los santos Isabel y Zacarías son venerados por la iglesia católica por su papel en la construcción de la fe cristiana. Su fiesta litúrgica se celebra el 5 de noviembre cada año, día en que los fieles acuden a ellos para pedir su intercesión.

Los devotos rezan a estos santos para fortalecer su matrimonio, ya que se les considera protectores en momentos de dificultad y distanciamiento. A continuación te compartimos una poderosa oración a San Zacarías y Santa Isabel de la web ABC Para el Alma que busca fortalecer la unión, renovar el amor y mantener la estabilidad en el hogar.

Oración a San Zacarías y Santa Isabel

San Zacarías y Santa Isabel, esposos fieles y servidores del Señor, ustedes que vivieron en la oración, en la espera y en el silencio, rueguen por nosotros.

Ustedes que conocieron el dolor de la esterilidad y la esperanza en las promesas de Dios, intercedan por los matrimonios que esperan el don de la vida, por los que se sienten solos, y por todos aquellos que han perdido la fe en que Dios aún puede hacer maravillas.

Zacarías, hombre justo y sacerdote fiel, enséñanos a no dudar del poder de Dios, incluso cuando todo parece perdido. Isabel, mujer de oración y madre gozosa, inspíranos a reconocer la acción de Dios en lo pequeño, en lo oculto, en lo cotidiano.

Que nuestra vida sea como la suya: una ofrenda constante al Señor, un hogar abierto al Espíritu Santo, y un canto agradecido por las promesas que Él siempre cumple. Por su intercesión, Señor, renueva en nosotros la confianza, la perseverancia y la esperanza. Amén.