Cuando el divorcio es la primera opción

El divorcio pasó de ser la última opción, a ser la primera. Si bien antes las parejas intentaban lo que fuera para no separarse, hoy día las “diferencias irreconciliables” son el morral donde todo cabe. 

Colombia.com - Vida y Estilo
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El divorcio pasó de ser la última opción, a ser la primera. Si bien antes las parejas intentaban lo que fuera para no separarse, hoy día las “diferencias irreconciliables” son el morral donde todo cabe. 

Desde la poca tolerancia a los problemas, escasa convivencia, estrés e infidelidades, hasta violencia, hartazgo y poco compromiso.

El número de matrimonios sigue siendo significativo, el problema está en que pareciera que no se tiene idea de para qué uno se casa. Queda claro, pues, que el “vivieron felices por siempre” no es parte ya de los finales felices.

No tengo problemas con el divorcio, mi problema son las motivos por los que nos divorciamos, que descubren lo peor de la naturaleza humana. Falta de valores, de responsabilidad, de verdadero amor, de saber lo que se quiere. Así lo demuestran las causas más comunes de divorcio: violencia, desacuerdos económicos, abandono de hogar, adulterio. 

Sin embargo, con todo lo anterior —o quizá precisamente por eso mismo—, no podemos hablar del divorcio como el escenario ideal.

¿Qué tiene de malo divorciarse?

1. Problemas sociales
Si tú creías que divorciarse solo te afectaba a ti, tu pareja e hijos, estás muy equivocado. A cargo de la familia están los cimientos morales de la sociedad. Incremento de delitos, consumo de sustancias prohibidas, deserción escolar, poca atención sobre la educación de los hijos. Todo eso es en parte debido a las familias fracturadas.

2. Afectación económica
Cuando nos divorciamos además de los costos derivados del trámite, está el daño en pesos que eso causa a la familia. Un divorcio puede provocar que se dupliquen los gastos. Pagos de nuevas rentas, doble pago de servicios, descuentos por manutención de esposos e hijos. Lo que antes era una familia prospera, es casi seguro que deje de serlo.

3. Relación padres e hijos
No se trata solamente del padre que se vuelve ausente, sino que los hijos tienden a culpar a quien se queda por la ausencia del otro. Así que no se pierde a uno, sino a dos progenitores. Y se vuelve un círculo vicioso, ya que los efectos repercutirán en la clase de padres que sean a futuro.

4. Daños emocionales
No importa por qué te divorciaste. La sensación de derrota, de culpa y de desconfianza en las propias decisiones, te pasará factura. Es inevitable sentir que fracasaste, que te faltó lo necesario o que no sabes escoger bien. De cualquier manera no saldrás bien librado de la experiencia.

 

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