Epilepsia: ¿qué la produce, cuáles son sus síntomas, y cómo se puede tratar?

La epilepsia “es una enfermedad cerebral crónica no transmisible que afecta a unos 50 millones de personas en todo el mundo. Se caracteriza por convulsiones recurrentes, que son episodios breves de movimiento involuntario que pueden involucrar una parte del cuerpo (parcial) o todo el cuerpo (generalizado)”, tal como lo define la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Precisamente, el Día Internacional de la Epilepsia es conmemorado el segundo lunes de febrero de cada año, día en el cual se crea conciencia sobre este padecimiento, la forma en la que se manifiesta, aquellos factores que lo provocan, los tratamientos que se emplean para disminuir las convulsiones, y hasta la manera en la que se puede prevenir.

Y es que, aunque en ocasiones no se tiene conocimiento sobre el origen o la causa de la enfermedad, algunas de las más comunes son daño el cerebral por causas prenatales o perinatales, las malformaciones congénitas o trastornos genéticos con malformaciones cerebrales asociadas, los traumatismos craneoencefálicos graves, los accidentes cerebrovasculares que limitan la llegada de oxígeno al cerebro, las infecciones cerebrales, los síndromes genéticos y hasta los tumores.

Pero, ¿cómo se puede identificar un caso de epilepsia? Son numerosos los síntomas que pueden desarrollarse, aunque el más evidente siempre serán las convulsiones; además, ten en cuenta que se puede generar en cualquier persona, de cualquier edad, aunque es más probable en niños o en aquellos individuos que han tenido familiares con este padecimiento. Te dejamos algunos otros signos de alarma:

• Pérdida de conocimiento o conciencia
• Alteraciones de movimiento, de los sentidos y del estado de ánimo
• Deterioro en funciones cognitivas
• Episodios de ausencias
• Confusión temporal
• Movimientos espasmódicos incontrolables, de brazos y piernas
• Miedo, ansiedad, o sensación de Déjà vu

Tratamiento y prevención

En cuanto al tratamiento, normalmente son recetados medicamentos anticonvulsivos y terapias, sin embargo, cuando estos ya no tienen ningún efecto, se puede recurrir incluso a cirugías. Asimismo, es una enfermedad que se puede prevenir en algunos casos, evitando traumatismos craneales, reducir factores de riesgo de una enfermedad cardiovascular y de una infección cerebral, y consultar un profesional de la salud si se tienen antecedentes familiares.