Somnolencia postprandial: estos son los alimentos que provocan sueño después de comerlos

Todos alguna vez en la vida hemos sentido esa molesta sensación de sueño y pesadez después de ingerir algunos alimentos, especialmente aquellos muy grasosos o ultraprocesados. A este síntoma se le conoce como somnolencia postprandial.

La somnolencia postprandial ocurre a menudo después del almuerzo, por eso es común que en algunos lugares se acostumbre a tomar siestas después del medio día. Según el doctor argentino en Ciencias Básicas y Aplicadas, Santiago Plano, en entrevista para National Geographic, la explicación a esto tiene que ver con los ritmos circadianos. 

“Los ritmos circadianos son cambios físicos, mentales y conductuales que siguen un ciclo de 24 horas y que tienen altos y bajos en su intensidad. Es decir, el reloj biológico coordina un sinfín de variables, algunas de las cuales, en determinados momentos de la jornada, están en su máximo, otras en su mínimo y otras en situaciones intermedias”, explica la web citada. 

Teniendo en cuenta esto, la somnolencia después de comer llega cuando coincide la hora de la ingesta de los alimentos con una baja en alguna variable del reloj. “El sueño posprandial se caracteriza por una sensación de pesadez, cansancio excesivo, confusión y falta de concentración”, explica Plano. 

Existen algunos alimentos que pueden incrementar esta somnolencia, entre los cuales están los que son ricos en proteínas y carbohidratos y los que tienen una alta concentración de melatonina, potasio o magnesio, ya que el cuerpo se esfuerza más para procesarlos. Entre los más comunes están: 

• Los panes
• Las pastas
• Las cerezas
• Las carnes rojas
• El chocolate negro 
• El plátano

Plano señala que para combatir esta somnolencia se deben comer porciones pequeñas de estos alimentos, evitar la sobreingesta de grasas y azúcares; tomar café para aumentar el estado de alerta; y realizar actividad física de bajo impacto, como una caminata corta. 

Si la sensación de agotamiento es muy fuerte, puedes intentar tomar una pequeña siesta de entre 15 y 20 minutos para mitigar los efectos de esta baja y recomponer el estado de alerta de manera orgánica.