Por: Juan Carlos Garcia Sierra • Colombia.com

Lance Armstrong: la leyenda del Tour de Francia construida a través de una red del dopaje

Lance Armstrong era una leyenda imbatible del Tour de Francia con 7 títulos consecutivos, pero se descubrió una red de dopaje creada especialmente para favorecer al texano.

Lance Armstrong parecía el mejor ciclista de todos los tiempos en medio de una trama de doping. Foto: Twitter @diegovos
Lance Armstrong parecía el mejor ciclista de todos los tiempos en medio de una trama de doping. Foto: Twitter @diegovos

Lance Armstrong era una leyenda imbatible del Tour de Francia con 7 títulos consecutivos, pero se descubrió una red de dopaje creada especialmente para favorecer al texano.

Lance Armstrong, cuyo apellido traducido literalmente al español significa ‘brazo fuerte’, parecía no ser la única extremidad con poder en el ciclista estadounidense porque sus piernas parecían de hierro y parecía un auténtico ser de otro planeta porque sobre una bicicleta no tenía rivales en el Tour de Francia y cualquier otra competición.

Armstrong rompió todos los moldes del ciclismo, y durante su época, Eddy Merckx, Coppi, Anquetil, Hinault, Miguel Induráin, grandes leyendas ganadoras del Tour de Francia parecían pequeñitos ante el texano triunfador de 7 Tours de Francia.

Lance Armstrong no solo era un deportista indestronable, sino que llegó al pelotón internacional en medio de una historia que generó total emotividad entre la afición ciclística, pues el deportista había batallado duramente contra el cáncer hasta vencerlo.

El ciclista nacido en Plano, Texas, en 1971, se montaba sobre una bicicleta y no parecía ser coherente con su emotiva historia, pero el pedalista norteamericano justificaba su poca expresividad con una actitud ganadora que había desarrollado justamente luchando contra el cáncer.

7 tours ganados consecutivamente

Armstrong se preparaba casi exclusivamente para participar y vencer en el Tour de Francia, el que ganó por primera vez en 1999, luego de vencer en el Tour de Luxemburgo, pero sin victorias en las otras tres grandes vueltas como el Giro de Italia y la Vuelta a España.

Lance Armstrong ganaba sin despeinarse mientras sus rivales terminaban totalmente explotados, y mientras más ganaba, más dudas surgían sobre sus victorias, porque simplemente no se le podía ganar, incluso, se rumoreaba sobre un 'motorcito' especialmente diseñado para poner en su bicicleta y no ser detectado.

El pedalista estadounidense adquiría cada vez más fama y reputación, sin contar la enorme y jugosa cantidad de contratos publicitarios que representaban más dinero que lo ganado en el Tour o cualquier otra competencia en la que se impusiera, además su fama de poco expresivo o carismático en carrera, la compensaba con apariciones en su país para patrocinar acusas para la lucha contra el cáncer.

Luego de ganar 7 tours e imponer una marca que muchos consideraban imbatible, el texano no sabía si decir adiós al ciclismo de élite, o buscar una octava victoria en la ronda gala, pero los rumores sobre su dopaje en cada Tour aumentaban, hasta que se destapó la verdad: Lance Armstrong y su equipo habían organizado durante 7 años una complicada red de dopaje para favorecer sus victorias.

En 2012 le fueron despojados los títulos del Tour de Francia y la medalla de bronce ganada en los Juegos Olímpicos de Sidney 2000 en Australia, hasta que, en una entrevista televisiva en su país, admitió haberse dopado y con ello llegó a su fin una leyenda labrada en medio de trampa, pero que logró convencer al mundo sobre el poder de un hombre que no parecía ser de este mundo.